Opinión

Algo más que salud

Algo más que salud

Los 23 celebrados  con pedacitos viejos

“A Cuchito que inició esto y se nos ha ido y a Bader Pedemonte en la distancia”.

El pasado lunes esta columna cumplió 23 años. Es mucho tiempo, sobre todo si con ella sólo se ha querido servir. El año pasado planteamos: “El que aún se publique implica ciertos beneficios: aún vivo, mantengo ciertos niveles de cordura que me permiten escribirla, puedo expresar mis inconformidades, penas, frustraciones y no pocas decepciones, con lo que ayudo a mi pobre corazón a tener una válvula de escape para que no reviente. Ahora bien, si me preguntasen cuál ha sido el mayor logro de esta columna, es la de haber sido fiel a nuestros conceptos sobre la naturaleza humana, nunca se han expresado aquí temas por encargo, mucho menos pagados, y equivocados o no han sido nuestra hechura. Para una mejor comprensión de lo que ha sido para nosotros sostenerla les recomiendo buscar lo que escribí precisamente el 9 de marzo del 2006, cuando esta columna cumplió sus 20 años, y allí mismo, en la página 8, reproducimos aquel primer artículo de 1986. Celebremos estos 23 años copiándole lo siguiente tomando en cuenta que le prometimos hilvanar el aniversario con la celebración del “Día Internacional de la Mujer”.

“Muchos temas podían venir a ser objeto de nuestro análisis: los tres niños muertos al ser tirados al mar por su madre, los muertos en el hospital psiquiátrico Padre Billini, los nuevos grupos humanos a ser desalojados en barrios marginados, el alza y descontrol en la comercialización de los medicamentos, la investigación a funcionarios del pasado gobierno…

También podía ser motivo, para escribir estas líneas, la reapertura de un año escolar que no presenta verdaderas opciones de que mejorara el desastroso sistema educativo dominicano, el “congelamiento-alza” de los artículos de primera necesidad, el agravamiento de los problemas del transporte, el festival de apagones, el estancamiento de las negociaciones para fijar el salario mínimo y decenas, cientos o miles de temas más.

Pero no, no tengo ni el ánimo ni la inspiración para hablar de tantos asuntos que son “Algo más que salud”… Hoy quiero dejar que la mente vague, desviar entre todo un intrincado mundo de imágenes que me hacen pensar que a pesar de todo lo oscuro del panorama del país aún existen cosas por las cuales seguir adelante…

Creo que es necesario redoblar los esfuerzos para que no sigan siendo puestos a trabajar niños, tanto haitianos como dominicanos, en labores duras para hombres, por unos míseros centavos, para que nuestras mujeres no sigan siendo explotadas en zonas francas, donde hasta se le pone como condición para no perder sus trabajos el responder los requerimientos sexuales de sus patrones, para que nuestros campesinos no vivan labrando una tierra que no les pertenece, para que los que pican piedras en las calles o los que venden carbón o las marchantas de los pueblos del interior que pregonan sus frutos que les dejaran de ganancias tan solo unos cheles luego de un día entero de labor vivan con más dignidad.

Pero reitero que no todo es dañino, quiero creer que en un futuro las cosas serán tan hermosas como la labor literaria de Juan Bosch, los dulces de Loma de Cabrera, la hermosura de una mujer desnuda (no importa su “belleza”), la mayoría de artículos de Alvarito Arvelo, el mango Mameyito o Colón, la música de 440, los 43 jonrones de Jorge Bell, los poemas de don Pedro Mir, los minutos de Colombo, la yuca con hígado, las comedias de Luisito Martí, la cortesía, decencia y honestidad de Negro Veras, el queso blanco frito con mangú de plátano cibaeño (el barahonero nada más es más grande, pero no tiene sabor), y aguacate.

También debemos esperar que en el mañana continuaremos teniendo cosas como la música que interpreta Miriam Ariza, el puerco asado de Milito en Santiago, el Polibroma de El Nacional, los cines Plaza y Colonial, el cabildo abierto en el Ayuntamiento del Distrito Nacional, las playas del litoral norte, el trabajo que hace una muchachita llamada Ivelisse en el área de contabilidad de la Secretaría de Estado de Salud Publica, el moro de guándules con berenjena frita y arepitas de yuca, el malecón (sin los cadenuses, los vendedores  de cervezas en triciclos y mucha basura más que lo frecuentan), las canciones Juan Lokward y miles de cosas más que superan con creces el rosario de elementos negativos que hoy nos envuelven.

Excúsenme, los que se arriesgan a leer esta elucubraciones, pero en estos días he estado un tanto deprimido y me ha reconfortado  el dar riendas sueltas a la imaginación, y es así, que aunque ustedes no lo crean, “algo más que salud” representó en esta oportunidad, para mí, “algo más que salud”. Lo ha vuelto a ser al traerla desde el 12 de septiembre de 1987. Salvo una que otra cita, no ha perdido actualidad. ¿Verdad? 

josed4606@gmail.com

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