Opinión

Algo más que salud

Algo más que salud

Rumbo al abismo
Queda  claro que no estoy violentando la tonta, inoportuna, draconiana, pero estaturiamente válida resolución del Comité Político del PLD de prohibir a sus miembros opinar sobre su situación interna, porque hace varios meses que no pertenezco al otrora sólido, hermoso y disciplinado partido que fundara, desarrollara y le imprimiera su mística de hombre honesto, digno y humanista, mi maestro Juan Bosch, del que sólo queda el nombre, el cual sugiero sea modificado para ajustarlo a los “los nuevos tiempos”, conservando sus siglas, para que se corresponda con su nueva razón de ser y estrategia de servir a una sola persona: Partido Leonelista Dominicano.

Pero retomemos el hilo del tema de la semana pasada y dejemos que el CP desarrolle su cacería de brujas, que construya su  inquisición y lleve a la hoguera a aquellos que osen contradecir la línea de pensamiento que apunta a la consagración como Mesías de su presidente, quien pronto solicitará cambiar en su Constitución  la categoría de presidente del Poder Ejecutivo por la de Emperador o Rey.

Los miembros del Comité Político que hicieron pronunciamientos fueron Euclides Gutiérrez Félix, que  lanzó su resabio en su columna de este vespertino, que es comprensible ya que puede estar remordiéndole la conciencia ver cómo ha ayudado a que el hermoso proyecto político que junto a otros construyó, se va a pique por la ambición, el egoísmo y la maldad de unos cuantos mediocres. Felucho Jiménez, gran comerciante herido en su amor propio y molesto porque otros se apropian de su campo comercial de acción, y Alejandrina Germán, que no tiene nada que perder porque ya perdió lo que quería, y perdiendo el puesto que tiene sólo gana, pues nunca lo quiso ya que lo vio como una degradación.

La idea de rescatar la disciplina y los métodos de trabajo que fueron la garantía de la fortaleza del PLD, no es mala, pero será infructuosa, podrán intentar un plan, hacer un allante, pero ahí no hay nada qué buscar, bajo ningún concepto le devolverán a la organización su mística de trabajo, la idea de que lo que hacíamos no era en procura de nuestro beneficio particular, sino de los más necesitados, retomar aquellas luchas sociales que nos ocupaban horas enteras,  nos hacían perder novias, trabajos, estudios, pero  nos daban la satisfacción de servir a un ideal, un ideal de amor.

Quiero insistir en que en sí mismo el proceso de apertura no era malo. Fue distorsionado al aprovecharse algunos dirigentes  para tomarlo a su favor. Diezmadas las facultades intelectuales de don Juan, un grupo de dirigentes con control de la estructura partidaria, encabezados por Danilo Medina, se abocaron a romper con los métodos y crear una estructura paralela que muy bien enmascarada se dedicase a enfilar la organización acorde a sus intereses.

Fue esa estructura paralela, manejando elementos de persuasión intangibles, la que garantizó la abrumadora victoria de Leonel Fernández en la nominación presidencial de 1995. Pienso que en esa oportunidad ganaba comoquiera el “niño bueno”, que don Juan había bendecido, pero nunca, con el apabullante 93% con que lo hizo, esto gracias, a la línea bajada por un cuerpo de activistas que casi en su totalidad respondía a los mandatos del grupo de Danilo, así como la mayoría de las Direcciones Medias, que ya para la fecha su escogencia la amarraban desde la Casa Nacional.

El éxito de este grupo descansaba en el clientelismo, en la corrupción de los principios, en favorecer a sus gentes con uno que otros de los pocos cargos que manejaban en la estructura interna, en el ingreso en los ayuntamientos y uno que otro de alguna institución, sindicato, gremio, etc. en los que el partido tenía incidencia, o bien  garantizándole puestos de relevancia en la estructura y al mismo tiempo someter al ostracismo a los que levantando los principios, la defensa de la disciplina, los postulados del boschismo, se oponían a ellos. Este accionar grupista, cargado de maldad, alcanzó su más vergonzosa altura en la escogencia presidencial de 1999, donde “ganó” Danilo con el descarado uso del poder partidario y el del gobierno que le puso a su servicio Leonel. Enfrentados en el 2007 los dos matatanes del juego sucio en el PLD, ganó el que tenía más saliva para comer hojaldres.

No es ahora cuando comenzó a torcerse el árbol que hoy, a pesar de los reclamos de sepulcros blanqueados, es imposible enderezar, pero de eso trataremos en la próxima. Ya le tenemos título: “Los Diez Jinetes del Apocalipsis” que cumplen con algunos  juicios que me enviara por correo un lector de “algo más que salud”.

josed4606@gmail.com

PD. Las gracias a las personas que en New York y Orlando se presentaron a la puesta en circulación de nuestro libro “Narcisazo, ¿dónde estas?”.

El Nacional

La Voz de Todos