El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo redujo la previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2017, de 5.25% a 4.75%, lo que significa una baja de al menos un punto porcentual en el vaticinio de incremento de la economía, desde enero de este año.
Al término del primer semestre la expectativa de crecimiento del PIB se redujo de 5,5% a 5.25%, mientras que el ritmo de crecimiento sufrió una fuerte desaceleración al situarse en 4%, por lo que Gobierno y Autoridad Monetaria anunciaron un conjunto de medidas para reactivar la economía.
Por vía de la liberalización del encaje legal bancario, las autoridades pondrían a disposición del sector productivo y de consumo, más de 20 mil millones de pesos, en tanto que el Gobierno dispondría para este año de otros 20 mil millones en inversiones en viviendas e infraestructura, pero aun así se produjo otra previsión a la baja en las perspectivas de crecimiento para 2017.
¿Por qué la economía no ha reaccionado positivamente al anuncio de una inyección de 40 mil millones de pesos? ¿Cuáles son los sectores productivos que se han quedado rezagados? ¿Por qué?.
La situación de ralentización de la economía se agravaría a causa de los daños todavía no cuantificados causados por el ciclón Irma a la agropecuaria e infraestructura vial, así como por el cierre de refinerías en Texas, Estados Unidos, a causa de los destrozos causados por el huracán Harvey, lo que motivó aumentos en el precio de la factura petrolera.
El posible impacto sobre el territorio nacional del ciclón María sería otro motivo de pesadumbre en términos de baja en las expectativas de crecimiento del PIB, por los efectos negativos que tendría sobre la agricultura, pecuaria e infraestructura.
Se ha dicho que el techo de crecimiento del mentado potencial de la economía dominicana sería siempre por encima del 5% en proporción al PIB, por lo que la previsión que lo sitúa en 4.75% estaría por debajo de ese nivel, lo que requiere que las autoridades aceleren la inyección de recursos al torrente económico.
El sector de intermediación financiera tiene el resaltante compromiso de agilizar los financiamientos a los sectores productivos, comercial y de consumo con debida diligencia y rapidez, a los fines de superar la anemia que afecta al conjunto de la economía, antes de que se vuelva crónica.
