El desarrollo humano está cargado de cambios tanto externos como internos. En muchas ocasiones estos cambios pueden ser experimentados de forma inesperada o más bien como momento de crisis.
La psicóloga y experta en filosofía mental, Olga María Renville, dice de la palabra crisis que “tiene múltiples interpretaciones. Se define desde diferentes filosofías y etimologías de la palabra, y una de ellas es: oportunidad”.
Los momentos de crisis no son ajenos a ninguno de nosotros- dice la experta de Psicologicamente-. La diferencia radica en la manera que tenemos de afrontar los cambios y la actitud que asumimos frente a cada circunstancia que arrastra cada uno de los cambios que nos trae la vida.
Renville dice que la actitud está definida por la conducta, el estado de ánimo y la capacidad que tienen todos los seres humanos para enfrentar el mundo y sus circunstancias. Dentro de este aspecto de la personalidad, existen personas que asumen una actitud positiva y realista, y otros que van por la vida con una actitud negativa y fatalista.
En época de crisis es cuando se pone a prueba la naturaleza de cada ser humano, afirma. “Podemos llorar y quejarnos o podemos ver la oportunidad que existe”, sostiene la experta a propósito de la temporada de Navidad que se aproxima y el comienzo de un nuevo año en el que afloran muchos sentimientos.
Las crisis emocionales consisten en un cambio inesperado y brusco en la línea de la vida o biografía personal que se caracteriza por romper la sensación de continuidad psíquica o la zona de confort, y requieren de una intervención, decisión o transformación.
Esto suele provocar que se active la reactividad emocional y de aquí la importancia de asumir una actitud favorable que permita encontrar soluciones inteligentes y prácticas.
En momentos de crisis:
-Se debe ser cauteloso en la toma de decisiones. No es recomendable tomar decisiones que tendrán consecuencias permanentes, en momentos de crisis. Las emociones suelen hacer a las personas vulnerables al proceso de cambio que conlleva el momento que se está experimentando, y esto podría provocar decisiones erradas.
-Sin embargo, frente a una situación que requiere de acción, la persona no se debe paralizar por el temor. Es completamente válido buscar orientación de alguien completamente imparcial y objetivo que nos ayude a analizar las consecuencias de la decisión a tomar desde diferentes enfoques.
Las crisis más comunes son:
-Crisis de identidad en la adolescencia: se da porque justo en el momento en que es más importante tener una idea clara sobre sí mismo, aparece una enorme dependencia de las actitudes y opiniones ajenas.
-Crisis amorosas: necesitar a otra persona para que la vida tenga sentido no es exactamente amor, sino apropiación de otro.
-Crisis económica: aparece frente a los cambios que puede presentar la economía personal o familiar, como consecuencia del desempleo, el incremento de las deudas o la inestabilidad e inseguridad laboral.
-Crisis de la mediana edad: es donde suele aparecer en algunos casos, las crisis existenciales, y donde muchos enfrentan el síndrome del ‘nido vacío’.
-Crisis del adulto mayor: suele suceder cambios fisiológicos, en la salud, en las actividades sociale