Opinión

Apoyo voto preferencial

Apoyo voto preferencial

La iniciativa de la Cámara de Diputados en aprobar la ley que instaura el voto preferencial, es un paso significativo que garantiza el ejercicio de la democracia interna en los partidos políticos. Frente al sueño eterno que ha sometido el partido oficial a la ley de partidos políticos y a la ley electoral, la mayoría de los diputados ofrecieron una demostración de madurez política.

Hay que recordar que, en lo que respecta al nivel de diputados, el voto preferencial estaba regulado por una resolución de la JCE, la cual fue derogada, no por el azar, sino por fines políticos específicos. El propósito era y es limitar la democracia interna en los partidos, en contradicción con la propia Constitución de la República, que otorga rango constitucional al respeto de la democracia interna dentro de las organizaciones políticas.

En efecto, luego de las elecciones 2012, las cúpulas partidarias están actuando más para proteger sus propios intereses, que los intereses de la colectividad que debían representar, y por ello, no es de extrañarse que, prefieran que las convenciones de sus partidos sean por delegados, y no por el voto universal de sus militantes; o que acumulen poderes para regresar a la época olvidada de seleccionar los candidatos por listas cerradas, evitando que la militancia partidaria pueda elegir a los candidatos que tengan mayor arraigo, como debe ser en toda democracia.

Los diputados introdujeron otra novedad, y es la de que el voto preferencial se incluya en los niveles de regidores en los municipios y de vocales en los distritos municipales. Se trata de una extraordinaria revolución que impactará positivamente en los partidos, al permitir mayores opciones. Con esto, se sepulta la dedocracia a la cual pretenden retornar las direcciones partidarias.

Solo observar las reacciones públicas ante la iniciativa de los diputados para saber quiénes quieren democracia interna y quiénes no quieren democracia interna.  Apoyo el voto preferencial, porque apoyo la democracia interna, que sean los militantes y simpatizantes quienes elijan a sus candidatos, bajo la sagrada regla del derecho a elegir y ser elegido.

 

El Nacional

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