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Aprestos electorales 2020

Aprestos electorales 2020

(2 de 2).-El panorama electoral 2020 luce viciado por el secuestro mediante el expediente proditorio del susurro aurífero de la sui generis democracia que secularmente hemos padecido los dominicanos, donde el mandón de turno ha impuesto su impronta y diseñado la Constitución como un instrumento pret a potter, como un traje, hecho a la medida.

La visión del escenario electoral 2020 se percibe como más de lo tradicional, donde un gobernante efímero, se impondrá por el arbitrio de los poderes fácticos de un personal propósito egoísta, desertando de un proyecto de nación, como sólo los ejemplos inmarcesibles y referenciales de las constituciones de 1857 de Santiago de los Caballeros y del 29 de abril de 1963 del presidente Juan Bosch, por el execrable de proyecto personal.

El prurito de la ambición desmedida e isofrenable del poder, puede interpretarse como el virus de la perdición que todos los seres humanos tenemos incrustados en la gestora glándula pineal, desde donde se diseñan y emanan las conductas, que pocos afortunados mortales logran domeñar.

Concerniente al escenario político vernáculo, Santiago Espaillat Velilla, el único que rechazó gobernar, Ulises Francisco Espaillat y Francisco Gregorio Billini, que abjuraron del continuismo trágico de la reelección que ha provocado tantas desgracias patrias encarnadas en Buenaventura Báez, el apátrida abominable por antonomasia; Ulises Heureaux, el terrible Lilís; generalísimo Rafael Leónidas Trujillo; Joaquín Balaguer; Leonel Fernández y Danilo Medina, los jinetes apocalípticos del desiderátum dominicano de la reelección y la frustración democrática.

Corrijo un gazapo de la entrega anterior, del primer párrafo, dice que los dos partidos políticos de importancia electoral 2020 son el PRD y el PRM, cuando la precisión correcta es que son el PRM y el PLD, mientras que el PRD, igual que el esqueleto del PRSC y demás siglas, en realidad son partidos bisagras, que perdieron su opción de poder per se por fracturarse, atomizarse y parasitarse.

Será jalda arriba vencer al PLD, independiente del candidato que escoja el todopoderoso Sanedrín de su Comité Político, por las coordenadas de mayúsculo aporte a grandes mayorías irredentas que incuestionablemente ha logrado el presidente Medina, consignadas en el trabajo anterior, a las que se añaden Bono Luz, Bono Gas, Bono Escolar y 600 mil empleados del Estado, rehenes virtuales para un proyecto reeleccionista.

Empero, todo se conformará y decidirá en función de la capacidad de aglutinación que pueda arracimar para su proyecto presidencial el PRM, afincado en más que cualquier otro factor, en la unicidad, virtud que ha mantenido incólume el PLD como uno de sus ejes nodales para argasamar el continuismo inconcluso, que no se percibe en el PRM con las paralelas aspiraciones presidenciales de Luis Abinader e Hipólito Mejía, a sabiendas del segundo su alta cuota de rechazo por el desastre de gobierno que presidió con, cero reservas de divisas en el Banco Central y la prima del dólar a 60 por uno.

Concerniente al PLD, se conoce la no manifestada pero percibida negativa del imperio a su continuismo, por los concatenados factores de la alta cuota de corrupción impune, y el auge del narcotráfico, dos flagelos presentes y crecientes como nunca en la historia de 173 años de transitar republicano, y que el imperio intuye concluir en un estallido social, que planea evitar, supliendo recursos a las ONG que le son adictas, Participación Ciudadana, Flasco, Finjus, Centro Bonó, y adyacencias de Marcha Verde, a través de Usaid.

En ese contexto, el panorama electoral 2020 en la concepción del autor, se vislumbra de una singular visión, con la imprecisa novedad del surgimiento de una figura nueva, que es una consideración apreciable de la sociedad, que impacte, emocione y convenza, que no es lo que aspira el espectro opositor.

Conspira con el proyecto del continuismo esa expectativa nacional, fundida en Luis Abinader, de imponerse en una votación interna del PRM a Hipólito Mejía, descartando su inexperiencia de Estado, que no la tuvo Leonel Fernández, aupado por la conjunción de Juan Bosch y Joaquín Balaguer, los dos grandes líderes de entonces.

Conjunción de fuerzas dentro y fuera del PRM es el gozne decisivo que precisa manejar Luis Abinader para desplazar del poder al PLD, y todo dependerá no sólo de ese clave factor, sino del comportamiento de la economía, que el presidente Medina ha sorteado con éxito, con las referencias descritas en la primera de estas dos entregas, y las anomias hasta ahora insuperadas, que el PRM indudablemente inculpará, como pivote nodal para lograr desplazar del poder al PLD.

El Nacional

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