Opinión

Aquí y en el exterior

<P>Aquí y en el exterior</P>

Los dominicanos debemos, en primer lugar, agotar el recurso idóneo y socorrido de la fe en el Padre Misericordioso, Dios, para que nos ayude a encaminar al superior gobierno y, por qué no, a nuestros partidos, algunos descuartizados por desunión, olvidando que dejan a un lado la principal meta, que es llegar al poder, por falta de unidad  y amor al propio compañero. ¿Cuál sería, entonces, su actitud con los contrarios si alcanzan el poder? Me duele esta reflexión, pues tengo muchos amigos y gran respeto por su historia en el despertar democrático.

Decimos democracia coja, consciente de que el pasado gobierno luchó y gastó lo que no teníamos presupuestado, dañino error humano que hoy nos mantiene atados a los especuladores y a las leyes oficializadas por el proyecto fiscal en pie, animados con el nuevo gobierno, que Dios lo ha protegido indudablemente, cuando soporta el pueblo en paz relativa la terrible sanción, animando con ilusiones de niño con el 4 % para educación, los atractivos proyectos para las Pymes, y otros planes.

Es una pena que después de enterrar el caudillismo con Bosch, Peña Gómez y el doctor Balaguer, no encontremos  salida en el populismo que transitamos. ¿Cuándo nos llegará esa bendita justicia cuya falta descalifica al país, a pesar de las grandes expectativas que viene creando el nuevo capitán que nos gobierna, repleto de buenas intenciones, pero impotente con falta casi de todo? Dios ayude a que las cabezas se mantengan cuando lleguen los sombreros prometidos.

Señor presidente Medina, con todo respeto, profundice, o no vamos a hacer lo que hay que hacer para detener la rebeldía de los delincuentes que vienen matándose como los gallos en desafíos entre civiles y militares, y familias enteras y los desenfrenos de todo tipo, inundando los medios informativos y redes cibernéticas.

Por otro lado, sostiene C. Barco y colaboradores, que una presencia competitiva de los Estados justifica una política exterior donde los Estados desarrollen proyección e imagen confiable. Consideramos que es preciso, incluyendo la oposición, elevar plegarias a favor de la salud de la buena amiga del país Hillary Clinton, víctima reciente de un problema orgánico, además esposa de otro gran amigo, el expresidente Clinton,  así como, a favor de otro tremendo amigo, Hugo Chávez, para que Dios ilumine los médicos que atienden a esos amigos, conscientes de que la gratitud se proyecta y suma. Hugo Chávez dispuso 7 mil millones de dólares a favor de los países latinoamericanos a través del acuerdo Petrocaribe, y esa solidaridad tenemos que reciprocarla.

Finalmente, hagamos un colectivo esfuerzo por atender la noble sugerencia expresada por el presidente Medina, para  que seamos más unidos y más solidarios. ¿Por qué no atendemos este llamado, dirigido a enderezar el camino? 

 

El Nacional

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