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Aracelys lleva más de 13 años con Erinson, entre médicos y bajo su regazo

<P>Aracelys lleva más de 13 años con Erinson, entre médicos y bajo su regazo </P>

SANTIAGO.-   Trece años postrado en una silla, imposibilitado para moverse y también para ver, sin poder apreciar la luz del sol y tan sólo escuchando voces de rostros que desconoce, el sonido de todo cuanto pasa a su alrededor sin saber siquiera de qué se trata.

Esta es la cruda realidad de Erinson Jiménez Rodríguez quien desde el poblado conocido como Burende, perteneciente a la localidad de La Vega ve pasar los días enfrentando una enfermedad que ha consumido sus huesos y le mantiene con una agonía constante que al no poder expresarla con palabras lo hace golpeando su cuerpecito debilitado por la misma enfermedad.

El niño padece de problemas cardíacos severos, además de catarata congénita producto de una enfermedad conocida como rubeola que sufrió su madre precisamente cuando Erinson se formaba dentro de ella.

Al momento de nacer los médicos no daban esperanza de vida de más de tres días,  y es que su corazón desde que nació se encontraba severamente afectado, tanto así que ahora  pesa más que su mismo cuerpo, ya van trece años de su nacimiento, los que su madre Arelys del Carmen Rodríguez califica como “una bendición de Dios”.

“Erinson es un niño especial en todo el sentido de la palabra, le gusta jugar, viendo la luz del sol, entrando por la ventana y tapando su cara con sus deditos, él no puede ver, pero sabe cuando el sol entra y le da la claridad”, dijo mientras trataba de contener el llanto.

Dos palabras se han convertido en las más esperadas por su madre, “A, que dice tratando de pronunciar mi nombre y vamos indicando que desea salir y dar una vueltecita por el pueblo.”

“Desde que me dice vamos, lo saco a pasear, a él le gusta escuchar el sonido de los pajaritos, que el sol le dé en la carita y escuchar a la gente hablar aunque él no puede hacerlo,  se queda muy atento escuchando todo”.

A sus trece años, Erinson usa de manera permanente pastillas para la presión y es que según lo contó la doctora Noelia Rodríguez quien lo atiende en el pueblo,  “Erinson presenta malformaciones tanto en el corazón como en el cerebro,  su ritmo cardíaco es irregular y su frecuencia es muy acelerada por el tamaño que presenta y el poco espacio que tiene”.

Toda la vida lo han medicado y  aunque costear su tratamiento no ha sido nada fácil para una familia de muy escasos recursos económicos, nunca se han quejado por su situación, dan gracias a Dios por haberles dado a un niño como Erinson que en más de una ocasión su madre calificó como “una gran bendición de Dios”.

Sin embargo no deja de sentir nostalgia cada vez que ve a su niño golpear su cuerpo tratando de expresar algún dolor que siente o cuando toma la mano de ella y la pone sobre su corazón tratando de decirle que algo no anda bien dentro de él.

Lo cierto es que en ningún momento Aracelys manifestó algún pesar por su situación, para ella es una bendición como madre poder cuidar y velar por su hijo que es sin lugar a dudas un “milagro de Dios”.

Dedica todas sus fuerzas para que Erinson viva y sobre todo para que sea feliz cada día que Dios le permita seguir siendo una bendición para su familia y la gente que lo conoce.

El Nacional

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