Opinión

Arder de verdad y belleza (I)

Arder  de verdad  y belleza (I)

Hay un problema con las elecciones y es que la Nación parece entrar en un limbo donde todo los procesos que realmente importan se detienen. En estos días de asedio del ruido, la demagogia y los lugares comunes del recetario mediático (!cuánta gente con necesidad de autoimportancia, o de significación social!), es necesario releer al poeta español Juan Ramón Jiménez y sus escritos sobre “La Isla de la Simpatía”, quien siempre tuvo claro que para contrarrestar los efectos negativos de la política tradicional no existía nada mejor que aumentar la cultura y el cultivo espiritual de los pueblos.

Para concretar sus ideas, el poeta promovió en la isla de Puerto Rico una serie de iniciativas encaminadas a favorecer la creación artística e intelectual, que ahora enlistó con la esperanza de concentrar la mirada donde debe estar.

1.-En 1936, creó la “Fiesta por la poesía y el niño de Puerto Rico”, inaugurando un concurso anual para “premiar, editar y repartir entre los niños la mejor colección general de poesía popular y culta; leyenda, biografía, dibujo, música, fotografía de personas y paisaje y ciudades de toda la isla”.

2.-Educar a la niñez en el aprecio por el “tesoro bello, físico y moral de Puerto Rico”, partiendo de que “solo si adquirían desde la escuela conciencia de todo cuanto su tierra tenía de particular y valioso, proseguirían, al llegar a la edad adulta, con la labor de conservar y acrecentar su patrimonio cultural”.

3.-Afirmaba: “Año tras año, el niño de Puerto Rico, a la visión diaria de su Patria real la tierra, el mar y el cielo de su isla, irá añadiendo la visión profunda de la isla ideal, de la Patria ideal, conjunto de su Patria expresado por ella y definido por sus hijos mejores”. “Y cuando fuera hombre o mujer, sería dueño de un hermoso tesoro poético: la librería de su espíritu y dueño de un ser plenamente puertorriqueño”.

4.-Inaugurar en todas la universidades, con el propósito de acercar al estudiantado a las grandes obras de la pintura universal, museos con buenas reproducciones.

5.-Partir del sistema educativo. “Todos estos esfuerzos resultarían baldíos si el desarrollo cultural de Puerto Rico no se sustenta sobre un sistema educativo sólido y eficiente, donde se dejen bien establecidos los requisitos que deben cumplir maestros y discípulos, los dos ejes del sistema educativo para que pueda producirse el aprendizaje”.

6.-Apoyar al magisterio que tiene vocacion, porque sin vocación, y limitando el magisterio solo a un modo de ganarse la vida, el maestro o la maestra solo obstaculiza el descubrimiento infantil de la maravilla que es el conocimiento.

El Nacional

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