Las mallas ciclónicas colocadas debajo de los elevados para protección de los peatones y evitar la arrabalización de esos lugares, sirvieron para poco.
La indiferencia de las autoridades municipales, la falta de educación de la población y las prácticas de algunos “vivos”, han convertido esos lugares en áreas de comercio, estacionamiento de vehículos y hasta de residencia
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Un vendedor de ropa instaló su negocio debajo de un elevado.
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Mallas ciclónicas destruidas, montones de basura, venta de alimentos a la intemperie, motos estacionadas, agentes tributarios y buscones ofertando sus servicios, matizan el ambiente debajo del elevado de la avenida 27 de Febrero, próximo a la avenida Duarte, sin que ninguna autoridad se interese por el rescate de esos espacios públicos.
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Este indigente vive bajo el elevado de la avenida 27 de Febrero.
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Ayer al mediodía este hombre dormía debajo del elevado de la París, cerca de la avenida Duarte, pegado a la verja.
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Una madre y su hijo hacen malabares, camino a la escuela, para pasar debajo de un elevado lleno de basura.
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La verja colocada debajo del elevado de la calle París derribada desde hace varios años por un autobús público.
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Un hombre duerme sobre cartones en un área cercada y llena de basura.
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Cubierto con cartón y sábanas sucias, se observan en un dormitorio debajo del elevado de la calle París con Abreu.
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Guaguas voladoras y carros del concho son estacionados debajo del elevado de la calle París.