El entorno del Palacio Nacional no es el más adecuado. La zona se ha convertido en un gran estacionamiento de vehículos a ambos lados de las vías y hasta encima de aceras, que además de impedir el libre tránsito podría significar una situación de seguridad de Estado.

Funcionarios medios y empleados del Palacio, así como visitantes, estacionan sus vehículos en las calles y aceras adyacentes, impidiendo el libre tránsito aun de peatones.

A pesar de que abundan los letreros de “No estacione de este lado”, “Peligro de grúa”, “No estacione”, los automovilistas no reparan en esas notificaciones y al parecer tampoco existe ninguna autoridad que las haga cumplir.

Las aceras de importantes oficinas de Gobierno están llenas de vehículos que obstruyen el tránsito de los peatones.

Los ciudadanos que más sufren esa situación son aquellos con impedimento motriz o visual, porque obligarlos a transitar por las calzadas es condenarlos a muerte.

La situación quedó evidenciada durante un recorrido por las calles Moisés García, Pedro Henríquez Ureña, Doctor Delgado, Galván, Rodríguez Objío, Rosa Duarte, Doctor Báez y otras que rodean la casa de Gobierno.

Esto contrasta con el aspecto limpio, refrescante y bien cuidado que se supone debe tener el entorno del Palacio Nacional.

Áreas verdes descuidadas, colmadones con estantes de botellones de agua y mesas en las aceras, afean las inmediaciones de la majestuosa edificación.

Es evidente el deterio de las aceras, que tienen malezas donde debe haber flores.

El panorama lo completan hoyos en el pavimento y troncos encima de las aceras de algunas calles.

En la avenida México, frente a la sede del Gobierno, en la acera del edificio de oficinas numerosas vallas de acero arrabalizan el área.

Ninguna consecuencia sufren quienes hace dos meses rompieron y no repararon adecuadamente el pavimento en la calle Galván, entre la Moisés García y César Nicolás Penson.

Esa violación provoca múltiples inconveniente en el tránsito, cuando los conductores tratan de obviar el tramo dañado.

También en la Galván, las aceras sucias, deterioradas y llenas de malezas.

En algunos tramos de la calle Rosa Duarte es evidente el deterioro de las aceras y los peatones están obligados a transitar por las calzadas.

Tampoco puede caminar por las aceras los peatones de la calle Doctor Báez, porque están llenas de carros estacionados. Frente al Palacio Nacional, entre las calles Delgado y México, se encuentra el liceo Estados Unidos, cuyas aceras presentan gran deterioro, llenas de malezas.

Los motores de los mensajeros de los colmados estacionados en las aceras constituyen otro elemento que impide que la zona sea agradable.