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Arte naciona

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“Camaritis aguda”
Las cámaras de televisión o videocámaras, se han convertido en un dispositivo que le hace daño a la gente, al margen del gran del servicio que ofrece a los canales y noticiarios de televisión.
Hay gente que no puede ver una cámara de televisión, porque le infunde pánico, y no precisamente miedo escénico, sino temor a que su imagen sea capturada.

Por ejemplo a la oficina pública o empresa donde llegue Nuria Piera con un camarógrafo se produce “un huidero”… Un “no está aquí”, “él está en reunión”, “no la puede recibir”. Los motivos son obvios…
Como también las cámaras de televisión producen el efecto contrario.

Hay gente que desde que le ponen una cámara de televisión de frente se le “para el pechito”, creyéndose importantes, pues consideran que son objeto de noticia dado que sus palabras “van a salir en televisión”. Suelen entonces hablar mentiras, inventar o decir disparates, al no estar preparados para eso.

En todas las navidades cuando a los comerciantes les preguntan por las ventas, aunque tengan la tienda llena de clientes, dicen que “las navidades están flojas”. Es un cliché recurrente.

Compare los videos con los de años anteriores, y verán que dicen lo mismo.
No falta la gente de la calle, que cuando lo ponen en una encuesta frente a una cámara terminan hablando mal del gobierno, ¡aunque sean del mismo partido!.

El caso es llamar la atención ser el protagonista, y disfrutar de un minuto de fama en la televisión.

El ejemplo más reciente lo tenemos en el general de la policía Virgilio Pacheco, que habiendo el vocero del gobierno confirmado la muerte de John Percival, salió diciendo que el hombre muerto no era él.
Todo un general sufriendo los efectos de “camaritis aguda”.

El Nacional

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