¿Qué Pasa?

Arte nacional

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El auge de programas de televisión de realización local está alcanzando niveles sorprendentes a juzgar por lo que se puede apreciar.

Sólo al mediodía hay 5 programas de variedades en su mayoría de doshoras de duración y uno de cuatro.

Cinco programas llamando orquestas de merengue y de bachata para alimentar sus respectivas ofertas programáticas, que si bien es cierto conviene al talento artístico dominicano, no menos cierto es que no todos podrán sustentarse en términos económicos y de audiciencia, pues como dice una salsa “no hay cama pa’ tanta gente”.

El de la televisión es un negocio muy serio y costoso que en el país se asume con mucha ligereza.

Todas las megadivas quieren tener su propio espacio. Los comediantes por igual. Cada periodista su programa de panel.

Todos se lanzan montados en el caballo de Don Quijote, sin reparar en que el animal no puede con tantos.

Gente que pudieran juntarse para hacer una propuesta en conjunto, se dividen en pedazos, por un asunto de “ego”, pues en el caso de lasmujeres todas quieren ser Tania Báez, Jatnna Tavárez o Luz García.

El postín lo da el ser figura de su propio programa y por ello todo el mundo quiere ser cabeza de ratón y no cola de leon.

Hay muchos programas quebrados, incluyendo algunos que se mantienen en el aire desde hace tiempo. Basta con revisar sus bloques de anuncios para encontrarse con intercambios de floristerias, hoteles, salones de belleza, sastrerías y boutiques. Nada de anuncios de publicitarias y empresas grandes.

Refugio en plazas de Nueva York

Algunos se han refugiado en la plaza de Nueva York, pero de igual manera la publicidad que allí consiguen es muy pobre.

La misma ha sido bautizada como “el graserío’, por las tantas frituras, restaurantes de mofongo y comederos que promueven. En una palabra, hay mucha gente queriendo jugar a la televisión sin reparar en el hecho de que en muchos casos es un juego que viene en su caja desarmado, por piezas, que no todo el mundo tiene la capacidad de ensamblar y armar.

El Nacional

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