Hay gente en el arte que no quiere coger turno ni hacer fila.

Quieren llegar de inmediato al sitial donde se encuentran los que se han desarrollado agotando los debidos procesos, que se han preparado y madurado con el tiempo.

Hemos tenido la oportunidad de ver el desarrollo de las principales figuras artísticas, y todos han tenido una etapa de esfuerzo, lucha y sacrificios en sus inicios, antes de alcanzar fama y fortuna.

La época de Wilfrido y los Beduinos en el Casbah, Johnny Ventura en el Restaurant El Moderno, Juan Luis Guerra, Sergio Vargas, Eddy Herrera, Héctor Acosta.

Todos cogieron su turno, hicieron su fila, se prepararon, para llegar al lugar deseado.

Hoy día se verifica una carrera loca de gente queriendo llegar, sin quemar etapas, dando brincos, los cuales en muchos casos resultan fatales.

Desde que se escuchan en la radio y aparecen en la televisión, se creen figuras estelares.

Exigen como el que más, y en ese afán hasta pretenden compararse con los artistas establecidos.

No escuchan consejos ni orientación de nadie, porque la popularidad, aunque sea momentánea, tiende a cegar a la gente.

Sobre todo cuando se es joven.

Por eso hay muchos engreídos que no respetan trayectorias, cuyo comportamiento deja mucho que desear.

Lo peor de todo es que en su afán de llegar rápido, algunos de ellos incurren en errores que destruyen imágenes y carreras, y cuyo destino final es la cárcel.