La brecha generacional
Un estudio del Instituto del Instituto de Periodismo de Reuters determinó que los jóvenes entre 18 a 24 años prefieren las redes sociales para informarse y no la televisión.

El fenómeno plantea un reto de gran complejidad para los estrategas, productores y planificadores de contenidos para la televisión, debido a lo difícil que resulta cambiar esos nuevos y vigorosos hábitos de consumo.

Si el asunto lo trasladamos a nuestra música, el merengue, veremos que con el género y los jóvenes está ocurriendo lo mismo.
Hace tiempo que la juventud desechó el merengue como música de preferencia y consumo, lo cual se traduce en un innegable descenso en popularidad y aceptación de los intérpretes del género, a algunos de los cuales no les ha quedado más remedio que unir sus voces a las de intérpretes urbanos para tratar de llamar la atención de quienes los siguen.

Un ejercicio que por los resultados se ve inútil, pues los jóvenes de este tiempo tienen sus códigos, articulado en un lenguaje con expresiones, comportamientos, y actitudes que resultan impenetrables para los merengueros tradicionales por más “featurings” y “colaboraciones” que hagan con los urbanos.

Los muchachos lo que hacen es reírse y burlarse de ciertos merengueros queriendo cantar rap y reggaeton.
Nunca como ahora la brecha generacional se había expresado más amplia, sin que se vislumbre forma alguna de impedirlo.