Lucha estéril en Piantini
Residentes en el Ensanche Piantini desarrollan una lucha tenaz en contra de los grandes proyectos urbanísticos que se desarrollan en la zona, la cual ha devenido en la más comercial de la capital.

Se oponen a edificios que sobrepasen los niveles de los establecidos, con el alegato de que se violan normativas municipales, y que con ello se afecta su habitad, tranquilidad y estilo de vida, debido a la densidad, la concentración y el infernal tráfico de vehículos por las calles de la vecindad.

Inevitable que eso ocurra, dada la movilidad que de manera paulatina generan los sectores económicos y sociales de una ciudad convertida en metrópolis.

Lo mismo ocurre con residentes de la avenida Anacaona, que han visto levantarse frente a sus casas, de uno y dos niveles, imponentes torres de hasta 50 pisos.

Debieron prepararse para afrontar, con el tiempo, esa realidad que hoy los agustia.

Y es que no es posible detener, congelar, el desarrollo, crecimiento y la movilidad de una ciudad, siendo este un fenómeno que se ha verificado ya en otras urbes con iguales resultados.

Con el malecón quebrado y la calle El Conde degradada y arrabalizada, los grandes centros comerciales, convertidos en plazas, han ido a establecerse a la zona más comercial de la ciudad, lo mismo que los hoteles buscando espacio al mismo lugar.
El Piantini como espacio urbanístico para vivienda hace tiempo que pasó a mejor vida.

Pero al parecer sus deudos, no se han dado cuenta.

Bien convendría que barajaran las cartas, y las repartieran de nuevo. El juego es inevitable, no el rejuego…