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Los frutos que recoge Peña Suazo

El que Héctor Acosta resultara uno de los artistas criollos con mayor número de nominaciones a los premios Casandra no se puede considerar una novedad, porque se trata de una tendencia que se viene manifestando desde hace algunos años.

Lo que si llama la atención es el hecho de que José Virgilio Peña Suazo alcanzara seis nominaciones para compartir con El Torito la primacía en la premiación.

Es para que se vea que la perseverancia y el trabajo rinde sus frutos.

Que en vez de llorar frente al ”muro de las lamentaciones” y de justificar la ineficacia y la ineficiencia  achacándoselo a la crisis, Peña apostó por seguir trabajando.

Lanzó dos producciones musicales al mismo tiempo y asumió el estandarte del merengue, no solo con los temas que popularizó en la radio, sino también con las composiciones y los arreglos que hizo para su orquesta y para otras agrupaciones que reclamaron sus servicios.

Las seis nominaciones que logró para los premios Casandra es la mejor demostración de que el trabajo tiene su recompensa y premia.

Un cambio para bien

Ya había comentado en esta misma columna que los intérpretes del denominado merengue de calle habían mejorado notablemente  su propuesta, con un cambio  en su base rítmica y en sus letras, y que sin dejar de ser dicharacheros, graciosos y pícaros, elevaron el nivel del género o subgénero que han venido cultivando.

Acroarte decidió incluirlo en la premiación Casandra.

Se ha dado el mismo caso de la bachata, que en sus orígenes fue rechazada por vulgar y plebe, cuando los sustentadores eran Blas Durán y más tarde Luis Vargas.

A partir de que se refinó y se hizo potable fue admitida no solamente en la premiación sino en la sociedad, lo que le ha posibilitado seguir desarrollándose hasta convertirse en uno de los principales géneros musicales de exportación que tenemos los dominicanos.

El ala conservadora de Acroarte

El que existiera oposición al ingreso de  la bachata a los premios Casandra en su etapa más rudimentaria pienso que fue benecioso a fin de cuentas para el género, porque en gran medida ayudó a su adecentamiento.

Pienso que es el mismo caso del denominado merengue de calle, que ya por fin entra a las nominaciones de los premios Casandra, luego de que la gente más consciente de Acroarte exigiera su depuración y otro nivel de contenido y de exposición para permitirle su acceso.

Alabados sean esos integrantes de Acroarte que han sido denominados  ”el ala conservadora” de la institución, porque han sido los guardianes de la decencia y el respeto en las manifestaciones del arte popular que el pueblo se merece. josephcaceres89@gmail.com

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