Opinión

Asaltantes impenitentes

Asaltantes impenitentes

Son asaltantes impenitentes e incorregibles. No existe otra manera de calificar las prácticas que emanan desde el poder político y sus aliados empresariales. Asaltan todo: sus propios partidos y las estadísticas e indicadores económicos sociales para falsificarlas.

Ni se arrepienten ni se devuelven: su defensa es seguir asaltando y controlándolo todo, porque le ha ido muy bien apropiándose del patrimonio natural de la Nación, malversando los recursos del endeudamiento (externo e interno) y atracando lo que producen millones de trabajadores/as.

La comedia grotesca se repite años tras años y, sobretodo, cuando planean asaltar las elecciones. Solo que su descrédito e ilegitimidad es cada vez mayor, facilitando su desplome.

Ahora procuran imponer los comicios del 20-20 e imponerse en ellos. Esto se está fraguando en los intestinos del Palacio Nacional y a través de instituciones previamente asaltadas, con la ayuda del sistema de bocinas y medios públicos y privados bajo su control.

Han comprado con dinero casi todos los partidos del sistema y ahora se aprestan a asaltar los que no controlan; posibles de controlar por ser parte de una oposición tradicional proclive a venderse o a dejarse asaltar sin grandes resistencias, dado su apego a una institucionalidad neoliberal, corrupta y corruptora.

El poder pervertido tiene el atributo de pervertir todo lo que toca, porque siempre piensa y actúa como monopolio perverso. ¿Ley de partidos? La verdad es que se ensucian en cualquier ley y las hacen para poder ensuciarse en ella, aun sea la mismísima Ley Sustantiva o Constitución de la República.

Reclamo de patrón abierto para favorecer nuevos asaltos y de padrón cerrado para encubrir una débil resistencia a los perversos designios del poder. Leyes y Constitución, analizadas por expertos en vender astucias y conocimientos, serán usadas con tal propósito y a manera de papeles higiénicos, ya perfumados o sin olor.

Y de todo esto se infiere, que el camino electoral y la vía institucional estarán cerrados para ponerle fin a la impunidad y a la dictadura constitucional que la sustenta, ahora acaudillada por el presidente Medina.

La vía es necesariamente extra-institucional. Una vía de calle y color verde. Democracia de calle con potencia para crear un poder paralelo alternativo pintado de verde, convertirlo en poder constituyente, exigir la dimisión de gobierno e instituciones podridas, y establecer un gobierno provisional comprometido a facilitar una transición corta hacia una Asamblea Constituyente Soberana, una nueva Constitución y una institucionalidad democrática y participativa.

El Nacional

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