El Nacional

Tres meses han pasado del asesinato de Bienesa Cesarina Capellán Pérez, (Bianca la Gorda), cuyo atentado ocurrió el 2 de diciembre en la avenida Independencia, y el proceso investigativo continúa en el limbo, sin que la Policía se haya vuelto a referir al caso.

Sobre el crimen de esta mujer, de quien se dice era la Celestina de políticos, empresarios, peloteros, y altos jefes militares y policiales se han tejido diversas hipótesis.

El crimen fue cometido con tal saña que los asesinos realizaron 19 disparos contra el vehículo de Capellán Pérez, cuatro de ellos impactaron en el cuerpo de la mujer. Murió cuatro días después.

El jefe de la Policía, mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, y el fiscal del Distrito Nacional, doctor Alejandro Moscoso, revelaron dos días después de la muerte de Bianca que analizaban varias hipótesis sobre las posibles razones del crimen.

Sin embargo, al igual que otros hechos de naturaleza similares existen temores de que nunca se conozcan los nombres de los asesinos, ni si actuaron por encomienda.

En lo que todas las hipótesis coinciden es que su muerte estuvo relacionada con problemas en algunas de las esferas de poder, debido al tipo de actividad a que se dedicaba.

Por el nivel social y económico de las personas a la que ella procuraba servicios de mujeres jóvenes y hermosas, desde el principio se temió que las investigaciones no llegaran al fondo.

En la agenda de clientes de esta mujer, figuran muchos nombres sonoros, lo que desde el principio dificultó el proceso investigativo.

Bianca era hija de Hugo Capellán, un oficial retirado de la Policía a quien apodaban Hugo Tolete.

El atentado se produjo a las 2:20 de la madrugada del martes 2 de diciembre de 2008.