Hoy millones de mujeres de todo el mundo conmemoran el Día Internacional de No a la Violencia contra la Mujer, pero pocas son las que conocen el origen de esta declaratoria, establecida por decisión de las 200 concurrentes al Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, reunidas en la capital de Colombia, cuando era sólo Bogotá la forma de llamarla.
En la agenda del encuentro había un punto para proclamar el Día de No a la Violencia contra la Mujer. Diversas delegaciones tenían pensadas propuestas, llegado el momento.
La delegación dominicana, no llegó al evento con una propuesta. Había sido armada y animada por la precursora del nuevo feminismo (que sucedía al que desarrollaron mujeres en el siglo XIX y principios del XX), el de los difíciles años 70, Magaly Pineda, maestra y socióloga con formación y clara conciencia de género.
Llega el momento de propuestas para declarar el Día Internacional de No a la Violencia.
Probablemente más de una delegación tenía pensado una mujer oriunda de su tierra para nominar la fecha. Mas no había un sentido de competencia. No se daba eso entre mujeres, en lugar de lo cual, lo que primaba era la sororidad (solidaridad entre mujeres. Una de las delegadas, Ángela Hernández, luego de haber consultado su idea a las compañeras, solicitó un turno para plantear un motivo al día indicado. Pensaba que debía ser el triple crimen que ordenó Rafael Trujillo contra las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal.
En nombre de la delegación dominicana, como si fuese la voz de todas ellas sin excepción, Hernández, intervino en el plenario. Su breve historia acerca de la vida y el sacrificio de las hermanas Mirabal captó atenciones y la emoción de las delegadas de los 18 países asistentes. Era un ejemplo dramático de cómo la participación política de la mujer podría llevar al máximo sacrificio. La barbarie expresada por los agentes del Servicio de Inteligencia Militar (todos hombres), el significado que adquirió este triple crimen, significando el principio del fin de la dictadura, y las personalidades de esas tres mujeres y particularmente la de Minerva Mirabal, fue recibida con dolor y valor por la concurrencia, todas mujeres venidas desde el vanguardismo que representaba ser feminista en los años 80.
Cuando finalizó la intervención de Hernández, la reacción fue la aceptación de la propuesta, sin que se produjera ninguna otra.
La magia y el impacto de aquel martirologio inmerecido, comenzaba a servir internacionalmente como referencia ante la violencia machista, sembradora de dolor y muerte, antes y ahora.
Así se consagró el 25 de noviembre como Día Internacional de No a la Violencia contra la Mujer.
Posteriormente, en 1975, las Naciones Unidas declaran el 1975 como Año Internacional de la Mujer y luego el período 1975-1985 como Década de la Mujer.
DATO
Historia
Más notas en el libro La Mujer en la Historia Dominicana, de Orlando Inoa y Ángela Hernández, editado por el Ministerio de la Mujer (2009)