Solo ofende el que puede, no quien o quienes quieran. De ahí que la interpretación de Vakeró, dada a la luz pública, en la que pretende denostar a la Policía Nacional, es una insensatez y acción que bien merece la repulsa de los dominicanos y dominicanas serios y sensatos.
Nuestro país no debe continuar permitiendo acciones y desaciertos como este y otros tantos, que no tienen ningún mensaje de los que tantos necesitamos al orden público y social y a la institución a la cual gratuita y desenfrenadamente se refiere el autor.
Al joven Vakeró le solicitamos que medite y que deje ciertos impulsos que le hacen daño a su imagen y lo mejor que podría hacer en estas circunstancias es ofrecer un desagravio público a la Policía Nacional y retirar del dominio público y de las casas y puestos comerciales y radiales la referida interpretación tanto en el país como en el extranjero.
También le decimos que en esa brillante institución laboran treinta y cinco mil hombres y mujeres y que existen demasiadas personas honestas, serias, laboriosas, capaces y dignas que vienen arriesgando sus vidas por el mantenimiento del orden, la paz de la República y la tranquilidad de la nación.
Se trata de ciudadanos que merecen respeto y consideración, partiendo desde su actual jefe hasta el más humilde de todos, puesto que son guardianes de la ciudadanía y la propiedad pública y privada.
La mayoría de estos esforzados ciudadanos y ciudadanas perciben sueldos miserables y atraviesan demasiado hambre junto a sus familias y muchos víctimas de injusticias y atropellos.
Aléjese de esa presunta nube y viva aquí, en la realidad, señor Vakeró.
Nadie tiene derecho a violentar la Constitución de la República, las disposiciones, leyes, normativas, reglamentaciones legales vigentes, so pena de recibir las sanciones establecidas en el Código Penal, aunque ya, la gran mayoría del pueblo dominicano ha rechazado esa actitud y también le ha ofrecido la debida sanción moral a Vakeró.
Ojalá después de la celebración de las elecciones del 15 del presente mes se reúna la plana mayor de la Policía Nacional y emita una decisión de repudio a tan desacertada decisión de quien dice ser intérprete de un nuevo género musical.
Vakeró debe saber y comprender que la Policía Nacional es protectora del ciudadano y el hecho de que determinado miembro de ella pueda cometer una infracción, no se puede ni debe culpar a esa entidad, sino a quien o quienes violentan la ley que la rige, 96-04.
Sorprende que la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía no haya suspendido para siempre la interpretación de Vakeró, ¿Por qué?-
Vakeró, cambie su actitud y revise su comportamiento tantas veces impropio. No se le lanza piedras a los arboles frondosos que dan flores y frutos.
