Opinión

Atención al conflicto en la JCE

Atención al conflicto en la JCE

La Junta Central Electoral es un organismo que debe estar en la mirilla de la sociedad, aun en los períodos no comiciales, ya que en sus manos está la organización de la mayor expresión democrática de los ciudadanos, que es la elección de sus autoridades.

Ahora afloran conflictos internos entre algunos de sus miembros, incluyendo al presidente de la entidad, Roberto Rosario Márquez, quien siempre había sido un ente de moderación, pero ahora luce un poco contrariado con los planteamientos hechos sobre el caso de los extranjeros nacidos en el territorio nacional, especialmente los de origen haitiano.

Las expresiones fuera de tono entre miembros de la JCE para descalificarse unos a otros, no le aporta nada a esa institución que dentro de pocos meses debe abocarse al cambio del documento de votación, la nueva cédula, con miras a las elecciones de mayo del 2016.

Las diferencias entre sus miembros debe resolverse de manera que no queden rencores que puedan entorpecer la organización de las elecciones con la transparencia que demanda la sociedad y el respeto que merecen los ciudadanos.

Corresponde a Rosario Márquez, en su calidad de presidente, tomar la iniciativa a fin de dirimir ahora internamente los problemas, sin llegar al extremo de que la sociedad se entere de lo que realmente pasa ahí dentro.

En caso contrario, entonces el Congreso, como primer poder del Estado debes reunir a todas las partes, escuchar sus opiniones e intervenir para que haya una solución satisfactoria al impasse, sin que afecte la imagen de la JCE, que ya se encamina a un virtual deterioro.

Para nadie es un secreto que las causas reales del problema interno de la JCE no es solamente el reconocimiento del derecho de ciudadanía que tienen los haitianos nacidos aquí, sino que es más profundo, y en su momento algunos de los actores tendrán que pregonar a los cuatro vientos la verdad real, no la interesada.

El Nacional

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