Opinión

Atrapado y sin salida

Atrapado y sin salida

El candidato presidencial del gobierno, Danilo Medina, si algo ha demostrado en los meses que lleva la campaña electoral, es inconsistencia política, falta de carácter y  de liderazgo,  elementos fundamentales para cualquier aspirante a la presidencia de un país.

Desde que el Estado lo venció en la lucha por la nominación presidencial de su partido, rompió con Leonel y su grupo, razón por la cual  no participó en la campaña electoral que “ganó”, tras invertir miles de millones de pesos del presupuesto nacional, Leonel Fernández. Tanto es así, que anuló su voto cuando mostró la boleta para que se viera en televisión que lo hacía por su partido, no por el de la oposición.

Muchos pensaron que la ruptura era, no solo política, sino moral cuando habló del dinero que utilizó Leonel para vencerlo.  De igual manera cuando calificó de “basura” a los tránsfugas que lo abandonaron para irse tras el dinero del presupuesto nacional. Hasta yo pensé que Danilo andaba tras los pasos de Juan Bosch cuando aseguró que no iría “al Palacio a robar” en caso de alcanzar la presidencia de la República.

Verlo ahora abrazado al sector que utilizó los recursos del Estado para vencerlo, es penoso. Verlo arrodillado ante los tránsfugas que calificó de “basura”, es más que doloroso.

Créanme que lo digo con tristeza, Danilo es un fraude. Se vendió como la diferencia entre el bien y el mal. Y resultó ser aliado del mal. Creí en sus palabras cuando dijo que marcaría la diferencia, que no iría al “Palacio a robar”, pero se rodea de ladrones, con una que otra excepción; que combatiría la corrupción, pero, con las mismas excepciones, se rodea de corruptos.

Dice que “continuará lo que está bien”, pero no dice que es lo que está bien, que “corregirá lo que está mal”, pero no dice que es lo que está mal, que hará lo que “nunca se ha hecho”, pero no dice que es lo que nunca se ha hecho.

El Nacional

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