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Aumentan reos en huelga de hambre y alimentación forzada en Guantánamo

Aumentan reos en huelga de hambre y alimentación forzada en Guantánamo

WASHINGTON, 26 Abr 2013 (AFP) – La huelga de hambre en las celdas de la cárcel de Guantánamo seguía ganando terreno este viernes con 97 reos de 166 sin comer, aunque cada vez más detenidos son alimentados a la fuerza, lo que algunas organizaciones defensoras de los derechos humanos juzgan ilegítimo.

“Seguimos impidiendo que se mueran de hambre”, declaró a la AFP el teniente coronel Samuel House, portavoz de la prisión situada en una base militar estadounidense en la isla de Cuba.

El número de encarcelados en huelga de hambre sigue aumentado día a día desde el 6 de febrero, cuando comenzó esta protesta. Las primeras cifras facilitadas por las autoridades militares el 11 de marzo sobre esta iniciativa hacían referencia a nueve huelguistas.

Entre los que ayunaban este viernes, 19 -un récord- eran alimentados a través de sondas nasogástricas, de los cuales cinco habían sido hospitalizados, aunque no estaban en “peligro de muerte”, precisó el portavoz en su comunicado diario.

“Los detenidos tienen derecho a protestar. Sin embargo, nuestra misión es darles un ambiente sano, humano y seguro y no dejaremos que nuestros prisioneros se mueran de hambre”, agregó el portavoz militar, cuando una polémica sacude la prisión: ¿se debe alimentar por la fuerza a los reos en huelga de hambre?

Para el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que acaba de enviar un equipo a Guantánamo, “es un tema de desacuerdo con Estados Unidos”.

El CICR y otras organizaciones defensoras de los derechos humanos prohíben la alimentación forzada, que consideran “contraria a los criterios éticos profesionales y médicos vigentes” a nivel internacional.

En un reciente informe, la organización Constitution Project considera que esta práctica es “una forma de abuso a la que hay que poner fin”.

“Si alguien mentalmente sano expresa su decisión de no ser alimentado ni hidratado, el personal médico tiene la obligación ética de acceder a su deseo”, declaró el doctor Vincent Lacopino, experto de la organización Médicos por los Derechos Humanos.

   “En ese contexto, alimentar a una persona por la fuerza no solo es un violación ética, sino que puede ser también comparado a la tortura o a malos tratos”, dijo al rotativo Miami Herald.

   “Anticiparse a los problemas”

“El régimen de alimentación forzada es muy duro” en Guantánamo, declaró a la AFP el abogado Omar Farah, del Centro de Defensa de los Derechos Constitucionales (CCR). Uno de sus clientes le reconoció que había renunciado a una huelga de hambre en el pasado tras haber sido “alimentado a la fuerza hasta el punto de estar ‘tan lleno’ y vomitar, atado (…) por un tubo de goma en la nariz”.

 “Desde un punto de vista médico, es una técnica dictada por las circunstancias y que no es cómoda”, dijo a la AFP el profesor de Ciencias Médicas Abayomi Akanji. “Si usted tiene un paciente que no coopera, usted tiene que anticiparse a los problemas”.

   El teniente coronel House rechaza la expresión “alimentación forzada”, porque da la idea de un “dibujo animado” en el que se ve a “individuos atados, gritando, con la boca abierta y alguien que le mete comida en la garganta”.

En realidad, afirma, “numerosos detenidos golpean la puerta de sus celdas y piden comida”, porque “hacen huelga de hambre para expresar sus reivindicaciones, pero no quieren morir”, estima.

Los abogados de los presos sostienen que desde el comienzo de la protesta unos 130 siguen la huelga de hambre, desencadenada cuando los reclusos consideraron una profanación religiosa que los guardias militares examinaran sus ejemplares del Corán.

Según los abogados, los prisioneros también protestan por su detención ilimitada desde hace once años, sin formulación de cargos ni juicio, lo que denuncian la mayoría de los que están ayunando.

La Casa Blanca indicó el viernes que continuaba “siguiendo de cerca” el movimiento de huelga de hambre, reafirmando “el compromiso del presidente Barack Obama de cerrar la prisión”.

El Nacional

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