Las maledicencias del “tigueraje” político no pueden embarrar a los reales líderes
Aun y existan realidades o verdades, no todas se lanzan al aire de manera irresponsable y mucho menos, cuando impliquen la honra de personas. La razón es simple, y es que una vez llenaste de heces una persona, todo el mundo lo sabrá, quedara en los medios y perdura más allá de la vida del afectado, con o sin razones valederas. No me refiero a encubrir, a callar o hacerse de la vista gorda, a mirar hacia el lado contrario, ni mucho menos, sino, que para cada cosa hay su momento y el lugar legal y decente para hacerlo.
Es un crimen, igual que otro cualquiera, amparándose en el libertinaje mediático del que nos vanagloriamos, donde cualquier persona, solo por participar con su opinión sobre lo expuesto por un deslenguado, que sin respeto alguno embarra el nombre de quien quizás, siquiera tenga calidad moral para limpiarle los zapatos. Por eso, la libertad sin ley, no es otra cosa que libertinaje y, mucho más, cuando las autoridades, por temor al qué dirán, se hacen los sordos y por lo tanto cómplices del malvado irrespetuoso que deshonra a otro, amparándose dentro de los parámetros establecidos por la politiquería barata y una supuesta libertad de expresión o mejor seria, de insultos.
Aun, supuestamente, no estamos en campaña electoral pero, están trasladando el basurero de Duquesa, para regarlo en la sociedad dominicana.Falta de respeto total. El pueblo en general parece estar en posición supina ante esta triste realidad. Pocos osan decir o referirse al gran problema de la prostitución de los medios de comunicación; a la ya declarada extorsión de enganchados a “periodistas” gracias a las facilidades que proporcionan los medios.En ocasiones, simplemente es perturbador anímicamente, el solo recorrer el dial y escuchar las cosas que se dicen y el cómo lo dicen.
Por eso creo, que este gran problema tiene la mayoría de sus raíces, en la manera tan graciosa con la cual fabricamos héroes y líderes, que sin importar el futuro, lo sacamos de cualquier yagua vieja con hediondez a “tiguere”, y ese tipo de paradigma, se lo vendemos a la sociedad como si fuera lo mejor de lo mejor.
Un consumado narcotraficante, como ha sucedido y sucede, tanto por allá como por aquí, establece una “lavandería” donde limpia su dinero que de inmediato es lanzado a las calles para obtener su puesto dentro del entarimado político, -el clásico movimiento del narco, primero millonarios y luego políticos-, los cuales son elevados, -ya como consagrados lideres- a las más altas posiciones dentro de esas instituciones llamadas a ejercer “una de las más puras de las ciencias”. J…er.
Me parece que después de esta vida, si existe algo, no puede tener ningún tipo de relación con esta, obligatoriamente. ¿Imaginan el infierno eterno que sería contemplar desde donde sea, como su legado; las cosas que usted lucho o se sacrificio en esta vida, es tirado por el hoyo de la letrina moral y ética, por parte de aquellos supuestos a mantenerlo y acrecentarlo? No, si algo hay, no puede tener conexión con esto.
Hoy, en medio de este caos moral y ético, me viene a la mente el Profesor Bosch, que habló por todos, metió la mano por todos y gracias al Todopoderoso siquiera se enteró de que sus palabras y teorías, solo serían aplicadas por él y unos cuantos honrosos más dentro de su última creación política. Y lo dijo y lo cumplió: “…cuando salga del poder, tendrán que reconocer mi honestidad”, tal y como lo han hecho los reales líderes, aquellos que no han sido prefabricados por el clientelismo y las bocinas pagadas.
Verbigracia, como el Dr. Balaguer y el Dr. Peña Gómez, para solo referirme a los idos a destiempo, aunque bien podría, sin temor a equivocación alguna, referirme al Dr. Leonel Fernández y al Ing. Hipólito Mejía, porque los nombrados no han tenido la necesita de traicionar sus principios y solo la maledicencia de los mediocres puede tratar de ensuciarlos. Así nomás. ¡Sí señor!
