Caminar por las aceras del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo puede constituirse en el principal peligro para los peatones, debido a los miles de hoyos que adornan esos espacios públicos.
La falta de tapas, la mayoría robadas y fundidas en lugares que las autoridades conocen y la negligencia municipal para reponerlas, es la causa del problema.
Cuando el problema llegó a su climax por la gran cantidad de personas lesionadas, el Ayuntamiento del Distrito Nacional anunció que usaría tapas plásticas, pero al parecer el proyecto no cuajó.
Aunque es bueno señalar que en este trabajo sólo, trataremos el caso de la ciudad Capital.
En un recorrido por algunos sectores del Distrito Nacional, fueron contados 327 hoyos, de variadas dimensiones y profundidades, pero con el mismo nivel de peligro para los que tienen que caminar por las aceras.
Ciento veintiséis hoyos fueron contados sólo en la avenida Luperón, siendo esta una de las vías de comunicación más importante por la gran variedad de tiendas, negocios e industrias que allí operan, convirtiéndola en una arteria de mucho trafico de vehículos y peatones.
En la avenida Expreso V Centenario, fueron contabilizados 32 hoyos en las aceras, siendo este un lugar con mucho flujo de personas y estudiantes, por los barrios circundantes de la zona, y debido a que este sector cuenta con un liceo, una escuela, la torre estudiantil de la UASD y el Hospital de los Billeteros.
También fueron visualizados cuarenta hoyos en la avenida Paseo de los Reyes Católicos en Cristo Rey. En un tramo de la avenida George Washington, cuarenta y dos (42) agujeros de variada dimensiones.
Cinco aberturas cual boca de lobo, esperando víctima, y con una peligrosidad con notable peligrosidad, dominan el cruce formado por la avenida Duarte y calle 30, de ensanche Luperón.
Otras furnias se ven en las avenidas San Martín, Kennedy, Padre Castellanos y Ortega y Gasset.
UN APUNTE
Autoridad
Periódicamente la Policía realiza operativos para detener a los ladrones de tapas de filtrantes, pero el problema sigue. También las autoridades conocen fundiciones que tradicionalmente compran metales robados en las calles.
