Opinión

Bancas y lavado

Bancas y lavado

Orlando Gomez

Esta semana los senadores aprobaron el proyecto de modificación a la Ley de Prevención del Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo. Si bien hay muchas cosas cuestionables en el anteproyecto, ha llamado la atención la movida de los senadores de excluir a las bancas de apuestas como sujetos obligados.

Considerando que el sector de las bancas de apuestas, del cual varios legisladores son parte, siempre ha sido adverso a las regulaciones, no es sorpresivo que se realizara este cambio, demostrando nuevamente que son incapaces de ver el bosque por los árboles.

Es cierto que las recomendaciones GAFI no incluyen de manera expresa a las bancas de apuestas, como bien afirmaron algunos legisladores, también es cierto que GAFI deja a discreción de cada jurisdicción nacional evaluar su legislación respecto de las apuestas y aplicar medidas correctivas en los negocios especialmente vulnerables.

En la República Dominicana la proliferación de las bancas de apuestas, legales e ilegales, les hace un hoyo gigantesco en el entramado de la prevención del lavado de activos, y dada a su amplia accesibilidad y la informalidad de sus operaciones son extremadamente vulnerables a recibir dinero de fuente ilícita.

Esto tiene un costo para las bancas de apuestas, empezando por las serias limitaciones a mantener relaciones comerciales con empresas del sector formal, especialmente el sector financiero, y exacerban los problemas reputacionales de un sector que por su propia naturaleza no goza de muy buena fama.

Para los dueños de bancas legisladores o no, someterse como sujetos obligados en la Ley de Prevención de Lavado de Activos es una oportunidad no solo de mejorar su reputación, sino de sanear las condiciones de su modelo de negocios, pudiendo mejorar el manejo de su liquidez, reduciendo su sobre exposición al dinero en efectivo y mitigando los riesgos de seguridad física en sus locales.

Los legisladores le envían un muy mal mensaje a la ciudadanía insinuando que las bancas de apuestas pueden seguir siendo un nido del lavado de activo, poniéndole como socios naturales del narcotráfico, la trata de humanos entre otras actividades ilícitas que se apoyan en esa actividad para blanquear sus recursos.

Estaría en el mejor interés de los dueños de bancas de apuestas honestos, sean legisladores o no, no solo unirse a los esfuerzos nacionales en la prevención del lavado, sino exigir que todas las bancas sean sometidas al mismo requerimiento para mantener la igualdad de condiciones entre competidores. Es lo sano y justo.

El Nacional

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