Al perder su última batalla para proteger a millones de indocumentados, el presidente Barack Obama se despedirá de la Casa Blanca sin cumplir con una de sus principales ofertas electorales: la reforma migratoria. Últimamente buscó evitar la deportación de unos cuatro millones de inmigrantes otorgándoles permisos de trabajo, pero la iniciativa se frustró con un empate cuatro a cuatro en la Suprema Corte de Justicia.
Esto así, porque un tribunal federal de apelaciones de Nueva Orleans había decidido que el Gobierno no tenía la autoridad para proteger a unos 4 millones de inmigrantes con la posibilidad de otorgarles permisos de trabajo sin la aprobación del Congreso. Obama perdió la gran oportunidad de impulsar la reforma migratoria para proteger a los indocumentados cuando su partido tenía mayoría en las dos cámaras. Desde que se hizo cargo de la Cámara de Representantes el Partido Republicano ha bloqueado las iniciativas a favor de los indocumentados.
