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Bautista fue la cara de Toronto

Bautista fue la  cara de Toronto

Toronto Blue Jays' Jose Bautista acknowledges the crowd after leaving a baseball game against the New York Yankees during the ninth inning Sunday, Sept. 24, 2017, in Toronto. (Jon Blacker/The Canadian Press via AP)

TORONTO. Hay muchas más elocuentes despedidas a José Bautista por ahí en las redes que el de esta pequeña pieza y estoy seguro que muchos de ustedes han visto muchas de ellas y fue un día muy, agradable, dulce y emotivo viendo, escuchando a los aficionados regulares homenajear al jardinero de los Azulejos ayer por la tarde.
Pero por todo lo que él hizo, hay un aspecto general de su estancia en Toronto que creo que podría estar perdiéndose un poco en todo esto:
Él trajo el béisbol de vuelta a la ciudad, la provincia, el país.
Y no sé si alguna vez logrará su merecido por engendrar una generación entera de aficionados que han resultado ser algunos de los grupos más rabiosos y fieles de todos los deportes profesionales.

UN APUNTE:

José Bautista

El lance del bate sigue siendo la cumbre de la mejor entrada de béisbol que jamás he visto en vivo o en la televisión, y he sido fanático desde hace algunos años, pero fue Bautista el punto de partida de ese momento que fue la mayor contribución de Bautista a los Azulejos.

 
Echen un vistazo: 3,2 millones en casa en esta temporada perdida cuando los Azulejos nunca estuvieron una vez fuera del último lugar; ver juegos en Seattle y Detroit y Cleveland y, sí incluso el venerable Wrigley Field y sentirlos como partidos en casa; cuenten el número de personas que usted conoce que poseen algún tipo de indumentaria de los Azulejos y lo llevan con orgullo todo el año.
Y pregúntese usted mismo por qué.
Y yo responderé:

Es porque José Bautista se convirtió en uno de los mejores jugadores en el juego mientras estuvo aquí y resucitó una franquicia que era, en gran medida, aburrida y poco interesante y de poca importancia en el panorama más amplio del béisbol de las Grandes Ligas. Algo poco imaginable, también, en gran medida.
Olvídese de esta temporada, las carreras de los toleteros de 36 años rara vez terminan bien y eso es bastante bien y comprensible. Bautista fue los Azulejos, los hizo respetables, los hizo relevantes, los puso en la conversación.
No, no lo hizo completamente solo, pero sus habilidades en su mejor momento fueron trascendentes y básicamente obligaron a los dueños y a la gerencia a hacer algo drástico.

El Nacional

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