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Bethania “El voleibol me ha permitido mejorar la vida de mi familia

Bethania  “El voleibol me ha permitido  mejorar la vida de mi familia

Cuando Bethania de la Cruz se sumergió en la práctica del voleibol siendo ya una señorita, jamás imaginó que este deporte sería el vehículo ideal para conseguir fama y “algo de dinero”.

 
Hoy, con 30 años de edad y 15 dentro de la disciplina, De la Cruz afirma que el intento ha valido la pena porque a través del voleibol, ella ha podido transformar la vida de su familia.

 
“He logrado grandes cosas en mi carrera, mucho más de lo pensado cuando decidí tomar esto en serio y noté que por medio al voleibol podía cambiar mi vida y la de mi familia. Haber tomado la decisión de jugar fue una bendición divina,” afirmó la recia rematadora de la selección nacional de mayores.

 
En una conversación con reporteros de El Nacional, la capitana de la Selección Nacional dijo que si le tocara irse ahora mismo del voleibol como jugadora activa, lo haría con gusto.

 
Además, dijo que tomó las cosas en serio cuando visitó la casa de su ex compañera en la selección nacional, Milagros Cabral, y pudo ver que podía vivir a través del voleibol y además mejorar la situación económica familiar.

 
“Fue algo que me llevó a dar un extra, a trabajar duro casi todo el día hasta llegar a la selección”, dijo la hoy madre de un niño de siete años de edad, llamado Fer Mejía de la Cruz.

 
Nativa del sector capitalino Los Ramírez, próximo al exclusivo Arroyo Hondo, De la Cruz fue motivada a la práctica del voleibol por su primo Rafael Acosta, quien la tomó de la mano y la presentó ante el presidente del Proyecto de Selecciones Nacionales, el hoy inmortal del deporte Cristóbal Marte.

 
“Hasta ese momento yo nunca había practicado este deporte ni ninguna otra disciplina. Lograr lo que he conseguido llegando al mismo con 15 años de edad, es muestra de que Dios tenía un destino claro para mí”, comentó Bethania, quien se considera una privilegiada de Dios por las oportunidades que le ha dado, las que aseguró se han traducido a favor de su familia.

 
Sostiene que Dios le dio el talento para jugar y llegar al tope en su deporte, porque sabía que por medio al voleibol podía ser clave en mejorar la vida familiar.
De la Cruz, quien quedó huérfana siendo una niña, indicó que su madre Fidelina de Peña ha sido vida en su formación integral. Severo de la Cruz, su padre, falleció cuando la atleta tenía un año de edad.

El Nacional

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