Semana

Bosch, Peña y Balaguer

Bosch, Peña  y Balaguer

Juan Bosch

Tras la caída de la tiranía trujillista, tres líderes políticos accedieron con sus actuaciones y talentos a la categoría de mesiánicos: Joaquín Balaguer, Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez.

La circunstancia de que lo lograran con personalidades y estilos diferentes pone de manifiesto el misterio indescifrable del carisma.
De baja estatura, rostro de expresión taciturna, suaves ademanes, elegante vestimenta conservadora, y tono de voz que sólo elevaba en la oratoria política, el doctor Balaguer fue casi deificado por un amplio sector de la población.

Debido a ese poder de atracción, el diestro hombre público afirmaba que en cada torneo electoral en que competía lo iniciaba con medio millón de votos aseguados de sus seguidores.

Joaquin Balaguer

Joaquin Balaguer

En mis años de reportero cubrí varios eventos donde participó el doctor Balaguer las veces que ocupó la presidencia de la república, y fui testigo de los esfuerzos que tenían que realizar los miembros de su seguridad para contener las efusiones entusiastas de sus partidarios.

Durante sus periodos de gobierno, escuché numerosas personas, generalmente de edad madura, manifestar que serian capaces de ofrendar su vida por el culto y pragmático estadista.

Cuando el profesor Boch regresó al país después de un largo exilio, el pueblo quedó de inmediato impactado por su discurso ameno y directo, desprovisto de palabras de difícil acceso, contrastante con su condición de afamado escritor.

De figura esbelta, cabellera encanecida, gestualidad vigorosa y hermosa voz de moderado tono enfático, el recién llegado se apoderó de inmediato de la casi totalidad del auditorio de los medios de comunicación electrónico donde realizaba sus presentaciones.
Esto fue un factor determinante en el triunfo con mayoría aplastante que obtuvo para ascender a la presidencia de la república en las elecciones de febrero de 1963.

Por sus vastos conocimientos políticos, su renombre literario internacional, y carismática y avasallante personalidad, el profesor Bosch condujo con plenos poderes dos partidos políticos: el Revolucionario Dominicano, y el de la Liberación Dominicana.
El derrocamiento de su gobierno a siete meses de su instalación, es considerado como uno de los más negativos y trágicos acontecimientos de la accidentada historia dominicana.

JOSE FRANCISCO PENA GOMEZ

JOSE FRANCISCO PENA GOMEZ

El doctor Peña Gómez, hombre de personalidad imponente, recia voz abaritonada, y tribunicia oratoria ampulosa de hermosos matices, ejerció una rara fascinación sobre las masas desposeídas durante todo su ejercicio político.

Como su trayectoria de líder la realizó mayormente desde escenarios de oposición vigorosa a la represión encarnada por los doce años de los gobiernos balagueristas que siguieron a la revolución constitucionalista de 1965, su vida corrió graves riesgos.

Tuvo dimensión mundial su liderazgo en la internacional socialista, pero a pesar de esa condición fueron infructuosos sus denodados esfuerzos por alcanzar la presidencia de la república.

Observadores y analistas del acontecer nacional opinan que el prejuicio racial subyacente en la sociedad dominicana, y los orígenes haitianos que le han atribuido sus adversarios políticos, incidieron en estos resultados.

A diferencia del doctor Balaguer y el profesor Boch, el doctor Peña Gómez viabilizó y apoyó el surgimiento de liderazgos alternativos en su partido, y tres de esos líderes emergentes, Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco e Hipólito Mejía, agotaron periodos presidenciales completos.

El carisma bordeando el mesianismo de los tres grandes líderes con diferente personalidad de la historia post Trujillo, no puede ser estudiado y llegar a ortodoxas, por sociólogos, sicólogos, historiadores, o avezados analistas políticos.

Porque el carisma que poseen algunas personas no puede encerrarse en determinadas, concretas, específicas características, por estos especialistas.

El Nacional

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