Opinión

Breve que te quiero breve

Breve que te quiero breve

Quizás vivimos dentro de un universo satélite, que orbita alrededor de un universo mucho mayor y sencillamente no lo sabemos. Quizás este universo satélite en que vivimos sea muy pequeñito, por más que creamos que es infinito. Quizás el universo en el que vivimos sea sólo uno de los miles de millones de universos que deben existir, con contenidos unos dentro de otros, hasta configurar el Multiverso o la suma de todos los universos posibles, como un grueso racimo de uvas.

El Multiverso es una invención del astrónomo escocés Andy Nimmo, en 1960, y la palabra gustó tanto, que rápidamente fue “secuestrada” por la ciencia-ficción. Desde entonces este vocablo tan evocador ha sufrido un multiverso de definiciones. Pero quizás el mismo Multiverso, a su vez, no sea otra cosa que uno de entre millones de Multiversos, para concluir que todo lo que nos rodea es la infinita escala del mismo concepto del infinito, que nos abrumaría por su gigantesca aparatosidad.

Mirando la realidad que nos rodea a nivel macro, quizás nuestro universo está contenido dentro de otro universo aún mayor, y éste contendido en otro todavía más grande y así sucesivamente, hasta el infinito. Y quizás lo mismo ocurre hacia lo micro, que un simple átomo esté compuesto de partículas mucho más pequeñas, (como de hecho lo está) y éstas compuestas de otras más pequeñas a la vez, sin nunca llegar al final, porque siempre habrá partículas más pequeñas que las partículas previamente ya descubiertas por la ciencia. En síntesis, que ni hacia arriba ni hacia abajo se llega al final de nada, porque siempre habrá una puerta nueva que debamos abrir.

Quizás, como se estipula en el cuento de ciencia-ficción “Colisión final”, ya se ha desatado una destrucción en serie de universos, y como el nuestro está en fila, será sólo cuestión de tiempo antes de que perezcamos en esta inevitable reacción en cadena. Aunque, claro, son tantos los universos que hay delante de nosotros, que pueden pasar trillones de años antes de que llegue nuestro turno letal.

Quizás el universo en que vivimos no sea otra cosa que un simple y diminuto átomo al que llamamos universo y simplemente no lo sabemos. Quizás algún día la humanidad del futuro descubra esta suprema verdad de la Física y al fin sabremos en verdadero lugar al que pertenecemos y del cual formamos parte, ocupando un espacio desmesuradamente insignificante dentro del todo.

Finalmente, en esta holgazana aventura de la imaginación, quizás vivimos dentro de un agujero negro y no lo sabemos. Quizás, si algún día la humanidad del futuro logra salir de él, rumbo al universo exterior, descubriríamos las verdaderas leyes del cosmos que hasta ahora nos han sido negadas. ¿Usted qué opina?

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