Opinión

Bullicio en el PLD

Bullicio en el PLD

El afloramiento de aspiraciones presidenciales prematuras en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha causado tremendo bullicio, pues hasta ahora esa organización había sido cerrada a toda propuesta que no emanara de su poderoso Comité Político y de su presidente, Leonel Fernández.

Hemos visto y leído cómo comienzan a aflorar las inquietudes de algunos de sus dirigentes, que piensan que con la división del PRD ellos podrían pescar en río revuelto, ignorantes de que si el PLD corre el riesgo de la división se vería frustrada la administración del presidente Danilo Medina.

La situación se torna aún más complicada por cuanto uno de sus dirigentes, el doctor Franklin Almeyda, acaba de denunciar que el gobierno de los Estados Unidos y los empresarios agrupados en el CONEP están “preocupados” por el inmenso poder que tiene el PLD, al controlar o influir a su favor a poderosos órganos del Estado.

Nadie duda de que podría ser cierta esa actitud norteamericana, pues a través de la Historia se ha comprobado que Estados Unidos no tiene amigos, sino intereses. En cuanto a los empresarios, la mayoría siempre se ha cobijado bajo el paragua del conservadurismo, siempre respaldados por la gran nación del Norte.

La denuncia del doctor Almeyda es valiente, aunque quizás precipitada. El actual es un gobierno que apenas tiene siete meses, con mucha fragilidad, que todo el mundo sabe que se debe al gran poder que dentro de la estructura gubernamental tiene su presidente y líder.

Creemos que alborotar las avispas dentro del PLD equivale a poner en la cuerda floja al presidente Medina, quien a pesar de tan poco tiempo en el ejercicio del Poder, ha dado muestras sinceras de su deseo de resolver variados problemas sociales, con un espíritu nacionalista que le ha granjeado amplias simpatías populares. Solo le faltaría proponer una reforma constitucional mediante la cual se consigne, única y exclusivamente, la figura de la Asamblea Constituyente, para que sea el pueblo directamente quien decida su destino, a través de un presidente electo democráticamente.

La idea de la Constituyente no es nueva, pues la trajeron los gloriosos expedicionarios del 14 y 19 de Junio de 1959, como parte de su Programa Mínimo de Liberación Nacional, hace más de 50 años.

Tenemos la esperanza de que por el camino que va este gobierno, la democracia dominicana se fortalecerá cada día, a tal punto que llegaría un momento en que pudiera decirle al mundo que verdaderamente no acepta ningún tipo de retroceso.

 

 

El Nacional

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