Opinión

Burbuja Vs. descrédito

Burbuja Vs. descrédito

El presidente Medina sigue a caballo en las encuestas y quiere seguir montado en el Palacio Nacional, post 2016. La campaña la impulsa él, no es solo cuestión de albarderos.

No le importa que casi todo se siga empeorando:

-Carestía. Bajos salarios. Desempleo abierto y encubierto. Abuso y sobre-explotación patronal. Procesos de empobrecimiento. Deterioro de la salud colectiva. Desigualdades sociales. Endeudamiento externo oneroso.

-Banalización ideológica de la sociedad. Inseguridad ciudadana. Criminalidad policial. Gansterización del Estado y perversión de la política, combinadas con impunidad. Narcocorrupción con participación del DICAN y la DNCD.

-Deterioro y encarecimiento del servicio eléctrico. Caos del transporte y el desorden urbano. Crisis de agua. Incapacidad productiva. Depredación y contaminación ambiental.

-Violencia contra la mujer. Abusos contra la niñez. Racismo anti-haitiano con enormes sufrimientos para emigrantes y descendencia, y con el fascismo que lo acompaña.

-Pillaje imperialista y pérdida de independencia respecto a EEUU, en un país concesionado e intervenido por transnacionales mineras, CIA, MOSSAD, FMI, BM y las embajadas imperiales.

-Manipulación del 4% para educación, limitándolo a construcción y tandas extendidas sin reformar del sistema.

– Dictadura política-estatal unipartidista.

Le resbala que todo eso acontezca porque cuenta con un costoso equipo de comunicación y manipulación de sentimientos, que pese a esa adversidad ha logrado mantenerle elevada su “popularidad”. Y con mucho conservadurismo en la sociedad.

La marrulla de esos asesores, no por sencilla, deja de ser “genial”.

Estos “magos” de la mercadotecnia política -contando con una oposición tradicional erosionada, dividida y desarticulada por la capacidad de soborno y manipulación de la enriquecida dictadura morada- han escogido al desacreditado jefe de las anteriores administraciones peledeístas (Leonel Fernández) como referente ideal para una productiva diferenciación de estilo. Una diferenciación insustancial, pero sumamente rentable en puntajes de aceptación. Al mismo tiempo le han diseñado un accionar que lo ha preservado de problemas que desgastan, sin optar por soluciones de fondo; elevando publicidad y burbuja mediática al rango de “política de Estado”.

Querer no es necesariamente poder, pero en eso está el presidente. Le falta que acorrale más a Leonel con expedientes de corrupción que lo obliguen a aceptar una reforma constitucional contraria a la no reelección. Y falta impedir que esa burbuja no le explote en la cara con el pueblo en las calles.

JCE, TSE y TC servirían a ambos frente a terceros incapaces de impugnar la trampa morada que encarnan. Veremos, tiempo hay.

El Nacional

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