La carga de indignación e impotencia con que el obispo de la diócesis de La Vega clamó romper las cadenas de la impunidad, la violencia, la inseguridad, la corrupción y la destrucción del medioambiente es más que ostensible. Ante cientos de feligreses que abarrotaron el santuario del Santo Cerro, con motivo de la celebración del Día de Nuestra Señora de las Mercedes, monseñor Héctor Rafael Rodríguez se lamentó de que las autoridades dan la impresión de que no pueden hacer cumplir las leyes.
El Gobierno debe tomar nota del llamado del obispo, porque, sin que se llame a engaño, representa el sentir de amplios sectores. Son muchos los que piensan que por no enfrentar a poderosos, entre los que citan a políticos, no se ha rescatado el patrimonio arrebatado en Constanza a parques nacionales ni se ha enjuiciado por corrupción a políticos prominentes. La inseguridad y la criminalidad no son palabras necias, sino males que la población sufre diariamente en carne viva.
