Un recorrido por los barrios pobres de Santo Domingo es suficiente para notar el nivel de deterioro extremo de sus calles, aceras y contenes, cual si fueran abandonados por las autoridades competentes.
El problema también es notable en algunas zonas residenciales de clase media, pero todo esto contrasta con el esplendor de las grandes avenidas.
Hoyos por doquier, aguas estancadas, malos olores, polvo excesivo, lodo, alcantarillas destapadas, basura desparramadas es una realidad que provoca daños a la salud mental y física de los habitantes de la capital.
La situación afecta mayormente las calles del ensanche Quisqueya, Gazcue, la Zona Colonial, Guachuputa, ensanche La Fe, María Auxiliadora, 27 de Febrero, Villa Juana y Villas Agrícolas donde muchas de sus calles se tornan intransitables.
También, en los barrios Villa María, Mejoramiento Social, Villa Francisca, Herrera; El Almirante y Invivienda y Villa Carmen, en la zona oriental.
Los capitaleños reaccionan alarmados ante la indiferencia que muestran las autoridades municipales y del Ministerio de Obras Públicas que desoyen sus constantes reclamos por mejores condiciones de sus calles, aceras y contenes.
Sus penurias se agudizan cuando llueve, las alcantarillas se desbordan y las calles se innundan de agua sucia, basura y lodo, ante la indiferente de las autoridades.
Algunos ejemplos
Alfredo García, un empleado público residente en el sector de Villa Consuelo, en el Distrito Nacional, se queja de los múltiples y constantes daños mecánicos que los hoyos en las calles provocan en su vehículos.
La pérdida de estabilidad en velocidades altas, deterioro de los sistemas de suspensión, amortiguamiento y neumáticos son sólo algunos de los daños que provocan los hoyos en las calles a los vehículos.
También es notable el deterioro de las calles del ensanche La Fe, donde prácticamente todas están inservibles. Especialmente las que van de este a oeste.
Múltiples molestias
“En ese sector hay que andar en chanchetas. No puedo ponerme un buen zapato para salir”, manifestó Argelis Contreras, refiriéndose al mal estado de las calles y las aceras en el ensache Quisqueya.
Argelis, quien reside en la calle Winston Arnaud, se refirió a las dificultades que confrontan las personas mayores para transitar por las calles en esas condiciones.
“He visto personas caer en las acera porque sus zapatos tropezaron un hoyo en la acera”, se quejó.
La ausencia de tapas en las alcantarillas puede ser mortal para las personas que, sorpresivamente se encuentran con ellas y han terminado en un hospital con piernas y brazos rotos.
Otra evidencia de ese abandono es la calle Rafael J. Castillo, que inicia en la avenida San Martín, en el ensanche La Fe, y concluye en el sector de Cristo Rey en un espacio lleno de maleza y árboles que interrumpe el tránsito normal de la gente.
El problema de las calles es tan grave en el sector Villa María que, en algunos casos podría decirse que no existen, porque tienen el aspecto de callejones sin ninguna forma que, al parecer, nunca han sido asfaltadas.
Similar situación viven los habitantes de muchos barrios de la zona oriental, lo que ocurre con las avenidas y calles principales.
Al parecer, el deterioro de las calles es sólo en los barrios pobres, no así en las avenidas del centro de la ciudad capital, las que están relucientes.
UN APUNTE
Promesas
Los vecinos del barrio El Almirante, en la zona Este de la ciudad, se quejan de que sólo en épocas de campañas electorales los aspirantes a alcaldes, diputados, regidores y senadores ofrecen arreglar calles y construir contenes y aceras.
