Opinión

Cambio climático

Cambio climático

A medida que avancen los años los dominicanos deberemos ir aceptando que lluvias como las que han afectado al norte del país, y especialmente a Puerto Plata, serán parte cotidiana de nuestro existir a raíz de los efectos del cambio climático. Como país pequeño que somos, es muy poco lo que podemos hacer para combatir a gran escala un fenómeno global, sin embargo como nación atrapada en una isla y que depende fuertemente de su turismo para motorizar su economía, no nos podemos dar el lujo de quedarnos de brazos cruzados.

De entrada, es imperativo que como país formemos alianzas con naciones en circunstancias similares a la nuestra para exigir mayor compromiso de las grandes potencias contaminantes para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a la mayor brevedad. El Protocolo de París acordado recientemente es un enorme paso en esa dirección, pero este podría probar ser poco muy tarde, y es probable que mayores acciones sean necesarias en el mediano plazo para mitigar los efectos del cambio climático.

Otra forma efectiva de impulsar cambios es guiando con el ejemplo. El caso de Costa Rica es particularmente llamativo, puesto que a pesar de su tamaño y poca relevancia en el gran teatro geopolítico, sus logros en materia del desarrollo de energías renovables han acaparado la atención y los laudos de todo el mundo, y ha inspirado a naciones más ricas, especialmente en Europa, a replicar sus modelos y a impulsar planes más ambiciosos de reducción de sus emisiones de carbono.

Hoy por hoy el desarrollo de energía renovables es un negocio muy lucrativo, no solo por su producción en sí, sino por los miles de millones de dólares destinados por naciones y agencias de todo el mundo para estimular su propagación.

Si bien la República Dominicana pudiera no tener la capacidad hídrica para replicar a Costa Rica, nuestra disposición a asumir ese reto pudiera hacernos beneficiarios de los cuantiosos recursos que buscan invertir en una industria que continúa en franca expansión.

Pudiera ser difícil exigir de un país como el nuestro, cuya producción energética es de las más caras de la región, impulsar un parque energético alrededor de recursos renovables y no contaminantes. Pero ya está llegando al punto donde debemos considerar los riesgos reales de que las cosas no cambien.

Entiendo que no debe ser necesario que ocurran más situaciones como la de Puerto Plata para llamarnos a tomar acción. El costo humano y económico de no tomar medidas preventivas de gran escala es demasiado elevado como para no hacer nada. El cambio climático es peligro existencial para la República Dominicana, y frenarlo o al menos mitigar sus efectos es cuestión de seguridad nacional.

El Nacional

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