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Cambio de Velocidad

Cambio de Velocidad

Quiero pedir disculpas a los lectores de esta columna, ya que en el día de hoy quiero referirme -con permiso de los entendidos- sobre las malas condiciones presentadas en el Palacio de los Deportes “Virgilio Travieso Soto” en el inicio de Centrobasket, lo que dio motivo a la paralización de la justa. Luego de leer los periódicos, con las diferentes declaraciones de las personas envueltas en la responsabilidad del problema, me he quedado anonadado, pues de tener todos la razón y, al parecer, no dando connotaciones de haber un culpable del feo espectáculo de los jugadores resbalándose y tirados en el tabloncillo, pienso que “culpable soy yo”. Mientras cada uno de los responsables de esta situación -entiéndase los ministerios de Obras Públicas y Deportes, Fedombal y Comité Organizador- hace galas de teorías y explicaciones complacientes unos para con otros, el pueblo dominicano, en especial los amantes del baloncesto, resultaron ser “los culpables” y debieron pagar 200 y 400 pesos para pagar un espectáculo de mal gusto, no por sus protagonistas (los jugadores), sino por el ambiente que prevaleció. Si todos, según  explicaciones y argumentaciones de los rsponsables, dieron los pasos de lugar para que no se presentara esta anomalía, calificada por el matutino El Día como una “vergüenza” y, si como dicen todos que “cumplimos”, no se entiende, entonces, cómo es posible que el aire acondicionado de la “Media Naranja” no funcionaria y, más grave aún, fallara el día inaugural. Lo ideal hubiese sido que se  asumieran responsabilidades, como se dijo al principio, pero luego las cosas cambiaron. Si muchos creen que porque se reanudaran los partidos del certamen, las cosas se solucionaron, están equivocados. El “Travieso Soto” puede que tenga aire acondicionado y que la afición haya obviado el problema y esté apoyando la justa, pero una gran mayoría de los dominicanos les quedará en el recuerdo esta mala experiencia, sin dejar de mencionar los ejecutivos de la FIBA Américas, organismo supervisor y que amenazó con tomar una serie de medidas contra el país por esta situación. No era un asunto de decir yo cumplí, sino decir: yo no lo hice; yo fallé. Si no es así, “culpable soy yo”, como diría el popular intérprete José Luis Rodríguez (El Puma) en una de sus canciones. Lo lamentable es que mientras nadie asume la responsabilidad por este hecho, los dominicanos seguimos pagando los platos rotos al no respetarnos nuestros derechos y por eso  no se nos toma en consideración.

 Me equivoqué: sí se hace, pero cada cuatro años.

 Recuerden, protejan los bosques y cuiden los ríos.

El Nacional

La Voz de Todos