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Caminar o transitar  Duarte-París es vivir  infierno en la Tierra

Caminar o transitar  Duarte-París es vivir  infierno en la Tierra

Cual drama que parece ir en aumento a diario, el caos, la ocupación de aceras y parte de las calzadas, principalmente debajo del elevado, el bullicio, la contaminación y el taponamiento de vehículos se han vuelto algo característico de la avenida París, originando un verdadero pandemonium, que dificulta el libre tránsito vehicular y de peatones, a toda hora del día. El problema no es nuevo, lo que sí, es que parece empeorar cada día sin que a nadie le importe, pero quizás el punto más caótico es el cruce de la avenida París con  Duarte, en donde chóferes del concho, motoconchistas y vendedores parecen fusionarse con los peatones, dando la impresión de que es una sola masa que se mueve al unísono.

Muchos se benefician de esta situación en donde sin ninguna inversión  en infraestructura pueden montar pequeños negocios, donde no tendrán que pagar alquiler ni uso de energía eléctrica.

La esquina formada por estas dos importantes vías, es uno de los distribuidores de tráfico y tránsito más importante de Distrito Nacional, debido a la gran cantidad de tiendas y centros comerciales que aquí operan.

Además de estar en el mismo centro de la ciudad, en sus alrededores se encuentran una gran cantidad de rutas de guaguas y carros que viajan a todos los lugares del gran Santo Domingo y a distintas provincias de nuestro país.

Otro de los factores que origina que esta área sea muy atractiva para la venta de productos agrícolas es su proximidad con los mercados de Villa Consuelo y el mercado Nuevo de la Duarte, en donde tricicleros, carretas y camionetas se surten de los productos que venderán.

También muchas importadoras de todo tipo de chucherías para el hogar y accesorios para hombre y mujeres son vendidos en pocas cantidades, originando que se formen pequeños negocios en las aceras circundantes.

“Mire, la verdad es que es un lío andar por aquí pero a mí me gusta, yo vivo en Villa Faro, ahí está mi ruta de carro y compro lo que usaré en la semana, pago dos pasajes y me dejan casi frente a mi casa”, según Gloria Amador.

Bajo el pretexto real del desempleo y de ser padres de familias, hombres y mujeres dominicanos y haitianos han construido exhibidores, casetas y mesas a ambos lados de la avenida París, en donde se venden todo tipo de productos agrícolas, así como también, ropas nuevas y usadas, zapatos, carteras, bultos, juguetes, electrodomésticos, productos de belleza, dulces, refrescos, comida, frituras, y otros.

Aparte de la contaminación generada por la basura y las aguas negras en esta área, la contaminación visual y sónica se conjugan para crear un ambiente infernal que empeora a las denominadas horas pico.

El olor a alimentos producido por los vendedores de comidas rápidas y las cocinas estacionarias, se juntan con el hedor cloacar  permanente en el lugar, creando un aroma fétido que pasa a formar parte de su atmósfera.

El Nacional

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