Santiago.- El semanario católico Camino es de opinión de que agosto quedará marcado en el calendario dominicano por las muertes violentas de varias adolescentes, acontecimientos que define como “una pesadilla diabólica”.
De manera fundamental, el vocero escrito del Arzobispado de esta ciudad se refiere a los casos Fernelis Carrión, Emely Peguero, Dioskairy Gómez, entre otros, que estima presentan el diagnóstico de una sociedad enferma que va perdiendo el rumbo, alejándose cada vez más del mandato divino: no matarás.
En el editorial de su edición de este domingo, titulado “Que no vuelva ese agosto”, sostiene que esos hechos criminales que consternaron a la comunidad nacional convirtieron en tristes y grises los días de ese mes.
“Un acontecimiento de horror iba sustituyendo en las páginas de los diarios el hecho ocurrido el día anterior, para dar paso a otro más estremecedor, hechos se iban sucediendo como una pesadilla diabólica”, insiste Camino.
A su juicio, esas cosas ocurren porque un segmento de la población está enterrando los valores que dan sentido a la vida, trayendo esto como consecuencia conductas devoradoras de la convivencia humana.
“El afán de poder y tener dinero fácil está cegando a muchas personas que hoy caminan sin saber a dónde van; no tienen metas nobles y buscan la felicidad donde jamás la encontrarán, provocando un daño irreparable a muchas familias”, enfatiza.
Y se pregunta por qué un pueblo trabajador, noble y generoso como el dominicano está frente a este carnaval de atrocidades, por lo que dice se hace urgente “cortar las raíces que están alimentando estas acciones bochornosas y de violencia, que nos sacuden”.
Por eso, Camino cree que la familia debe asumir su rol de ser un espacio de compresión, diálogo y tolerancia, educando para la paz y que el Estado proporcione a la población mayores posibilidades para una vida digna.
Asimismo, que los jóvenes encuentren oportunidades de empleo que les permitan crecer mirando el futuro con optimismo y que todo dominicano, sobre todo los que son figuras públicas “den ejemplo de una vida apegada a la ética y no sigan enviando mensajes negativos a los jóvenes y presentándose como personas de éxito, cuando detrás está la hipocresía”.
“No esperemos más descomposición social para tomar las medidas
necesarias que detengan tanta violencia”, aconseja Camino, al tiempo de estimar que llegó la hora de sembrar esperanza.
Pide que no se permita que secuestren la felicidad de la ciudadanía “y que jamás nuestros días sean un amanecer lleno de incertidumbre; que ningún mes del año se vea bañado de sangre y que en cada página del calendario encontremos días llenos de paz, fraternidad y respeto a la vida”.
