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Cannes premia a Kore-Eda y Lee

Cannes premia  a   Kore-Eda y Lee

Japanese director Hirokazu Kore-Eda poses with the trophy on May 19, 2018 during a photocall after he won the Palme d'Or for the film "Shoplifters (Manbiki Kazoku)" at the 71st edition of the Cannes Film Festival in Cannes, southern France. / AFP PHOTO / LOIC VENANCE

CANNES. Cannes volvió a premiar calidad estética, el compromiso social y el cine de calidad hecho por mujeres.

La Palma de Oro fue para “Shoplifters”, del director Hirokazu Kore-Eda, por la historia centrada en una familia que tiene que robar comida en supermercados, logrando un emotivo retrato de supervivencia y amor familiar.

En el mayor gesto de compromiso social, el jurado presidido por la feminista Kate Blanchard, entregó el Gran Premio de Cannes al director afroamericano Spike Lee, por “BlacKKKlansman”, una rica comedia sobre la infiltración en la cúpula del Ku Klux Klan por un policía negro en los años 70.

Lee puso el tono político de izquierda en los pasillos del festival de cine de mayor renombre, al acusar al presidente Donald Trump de ser discriminador y continuador de las políticas de KKK. En los corrillos de Cannes se daba por ganadora la cinta de Lee por su mensaje y su desarrollo cinematográfico. El cronista que firma esta nota publicó el pasado miércoles el vaticinio de que ganaría en Sección Oficial.

El Premio Especial del Jurado fue para la que sin duda ha sido la película más estremecedoramente tierna de Cannes 2018, una propuesta de la directora libanesa Nadine Labaki, Cafarnaúm, protagonizada, (aunque usted no lo crea), por un niño libanes de 12 años y una niña etiope de dos.

El primero somete a la justicia a sus padres, que lo obligan a robar en las calles, por no darle amor e impedirle vivir su infancia. Las actuaciones de ambos da como resultado una de las sinfonías cinematográficas mas inolvidables. La cinta provocó llanto y una ovación de unos 10 minutos. Se da por descontado que podría ser la apuesta de El Líbano a Mejor Película en idioma extranjero en los Premios Oscar de 2019.

Lista galardonados:
– Palma de Oro: “Shoplifters”, del japonés Hirokazu Kore-Eda.
– Gran Premio: “BlacKKKlansman”, del estadounidense Spike Lee.
– Premio del Jurado: “Cafarnaúm”, de la libanesa Nadine Labaki.
– Palma de Oro especial: El franco-suizo Jean-Luc Godard, que competía con “Le livre d’image”.
– Mejor Dirección: El polaco Pawel Pawlikowski por “Guerra fría”.
– Mejor Guión: ex aequo a la italiana Alice Rohrwacher por “Lazzaro felice” y los iraníes Jafar Panahi y Nader Saeivar por “Three faces”.
– Mejor Actriz: La kazaja Samal Yeslyamova por “Ayka”
– Mejor Actor: El italiano Marcello Fonte por “Dogman”.
– Cámara de Oro: “Girl”, del belga Lukas Dhont.
– Palma de Oro al cortometraje: “All these creatures”, del australiano Charles Williams.
– Mención especial al cortometraje “Yan Bian Shao Nian” del chino Wei Shujun.

Iberoamérica ausente
La edición número 71 del Festival de Cannes se caracterizó por una ausencia notable de propuestas iberoamericanas.

Pocas películas habladas en español lograron filtrarse en secciones paralelas, a pesar de la notable creatividad de los cineastas de la zona y el crecimiento de los Premios Platino del Cine Iberoamericano.

El dato

Una cierta mirada
Veredicto Gran Premio Frontera: “Border”, dirigida por Ali Abbasi que presenta a una agente de aduanas desarrollar una extraña atracción por el sospechoso que se encuentra investigando, llevándola a dudar hasta de la realidad y de su existencia. La cinta se sentía ganadora desde su premiere.

Mejor guión. Meryem Benmbarek, (Marruecos) por la película “Sofía”.

Mejor actuación: Víctor Poster, por “Muchacha, de Lukas Dhont”, (Bélgica)-

Mejor dirección: Sergei Loznitza, por Donbass (Ucrania).
Premio especial del jurado: Chuva é Cantoria Dos Mortos, de João Salaviza y Renée Nader Messora (Brasil-Portugal).

Quincena de Realizadores

Veredicto: Climax, del director franco-argentino Gaspar Noé, una realización experimental y tremendamente morbosa, violenta y transgresora, como ha sido su trayectoria de provocador impenitente que disfruta con escandalizar.

Realizada sin guión, ni parlamentos, ni nada que se acerque a los criterios técnicos de la industria, presenta una orgía que provoca el director al convocar un grupo de bailarines en un edificio abandonado, darles a tomar una sangría con la poderosa droga LSD y filmar lo que ocurre cuando se arrebatan, generando escenas cargadas de morbo en una estética que muchos consideran arte. Otros no.