Opinión

Cápsulas

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Los 3 grandes halcones más conocidos de la administración del presidente George Bush junior son el vicepresidente Dick Cheney, la secretaria de Estado Condoleezza Rice y el ex secretario de defensa Donald Rumsfeld.

Los 3 están íntimamente ligados a poderosos intereses de la industria de los Estados Unidos y de otros países importantes de Europa, Asia y el Medio Oriente.

Los 3 fueron los que más cuerda dieron (si necesitaba cuerda) al presidente Bush para que invadiera Irak y Afganistán, que se convirtieron en dos grandes errores que, entre otras cosas, han hecho mucho daño a la economía USA, a la economía mundial y a las aspiraciones republicanas de retener el poder más allá de los dos períodos de Yoryi Boy.

La relación del trípode Cheney-Rumsfeld-Rice con empresas que tendrían que ver, si las cosas salían bien, con grandes negocios en Irak y Afganistán creó muchos problemas políticos, éticos y de percepción al gobierno republicano y sus acciones en aquellos dos países.

Antes de ser nombrada secretaria de Estado, la doctora Condoleezza Rice era la principal asesora de seguridad del presidente Bush. Ella era colaboradora suya desde que él (Bush) era gobernador del estado de Texas.

Algunos dicen que la “eminencia gris” del gobierno de 8 años del presidente Bush es precisamente Condoleezza Rice, que de ser así no le hace a ella ningún favor ante los fracasos internos y externos de ese gobierno, que han llevado a que Yoryi Boy sea el presidente USA con la mayor tasa de rechazo al acercarse la hora de salir de la Casa Blanca.

Condoleezza Rice sustituyó en el cargo de secretario de Estado al general de 4 estrellas ® Colin Powell, quien también fuera presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor y héroe de la llamada Guerra del Golfo Pérsico.

Pero… el general Colin Powell no cabía en ese equipo de Halcones porque él, aunque a usted que no investiga y cree que los libros muerden le resulta extraño, es un liberal dentro del esquema republicano.

El tristemente célebre trío Cheney-Rumsfeld-Rice le hizo la vida imposible al general Colin Powell, hasta obligarlo a renunciar, no sin antes sufrir varias humillaciones.

Cuando ya no fue posible aguantar el descrédito, la incapacidad y la altanería de Donald Rumsfeld, éste fue reemplazado por Robert Gates, y aquél quedó como amigo-asesor e influyente personaje en el “Kitchen Cabinet”.

Donald Rumsfeld fue reemplazado por… un liberal dentro de los republicanos, al extremo de que el soberbio y poco reflexivo John McCain llegó a llamarle “un demócrata infiltrado entre nosotros”.

El presidente histórico Barack Obama, el líder negro de los negros y de los blancos, confirmó a Robert Gates como secretario de defensa, y mucha gante se ha sorprendido.

Es bueno señalar que Robert Gates y el entonces secretario de Estado Colin Powell se opusieron a las invasiones en Irak y Afganistán, y en un momento dado los asesores más inteligentes y ecuánimes de Bush le surgieron que en lugar del Halcón Rumsfeld pusiera al lideral, progresista, moderado y prudente Robert Gates. Buscando equilibrio.

Por eso lo confirmó el nuevo líder de los Estados Unidos.

El Nacional

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