Opinión

Cápsulas

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A Pablo Milanés no le pega lo que está diciendo ahora de la revolución cubana.

Esas expresiones le pegaban, hablando de artistas, al cantante Fernando Albuerne y a la comediante Mimí Cal, que murieron en el exilio en un asilo gloridano.

Lo que ahora ha descubierto de la revolución cubana y sus 50 años en el poder el cantautor Pablo Milanés, está fuera de tiempo, fuera de foco, extemporáneo y oportunista.

Eso que hoy dice el ahora español Pablo Milanés debe salir de las bocas de artistas que por culpa de esa revolución murieron en el desgarrador exilio, como Tony Alvarez, Celia Cruz, René Cabell, Sergio González.

Estas palabras tan duras y tan reales en muchos aspectos no deben salir jamás de los labios de una artista que nació y se hizo en la revolución cubana, permitiéndole lo que a muy pocos privilegiados se les permitía.

Palabras así corresponden a ilustres compositores cubanos que murieron en el exilio, añorando regresar y ni muertos lo han logrado: Ernesto Lecuona, René Touset, Osvaldo Farrés.

Lo que hoy denuncia (?) Pablo Milanés en torno a los graves fracasos de la revolución cubana, en su boca se oye nauseabundo, ya que en bocas que se oiría bien sería en las bocas de humoristas como Leopoldo Fernández y Aníbal De Mar, o sea, Tres Patines y el Señor Juez y también Pototo y Filomeno, fallecidos en el duro exilio, el último en República Dominicana.

Lo que ahora “descubre” Pablo Milanés de todo lo malo de la revolución cubana, a él no toca decirlo por ser producto, forma, fondo y vitrina de esa revolución, sino a los que mientras él disfrutaba de los privilegios de esa revolución ellos la padecían en playas extrañas, como periodistas al estilo de Miguel Ángel Quevedo (Bohemia), Eladio Secades, José Pardo Llada…

Esto que hoy vomita el malagradecido Pablo Milanés, niño mimado, protegido, privilegiado y añoñado de la revolución cubana, le corresponde a un escritor como Guillermo Cabrera Infante (murió), un intelectual como Santiago Rey Perna, un periodista como Mario Rivadulla, un cineasta como Andrés Arturo García Menéndez, un autor-revolucionario como Carlos Franqui o un empresario-pafe de la TV como Goar Mestre.

Sucede y viene a se que la revolución cubana fracasó, que los hermanos Castro son unos ineptos, que en la Cuba de 1959 a 2009 lo que ha habido en mucho basura.

¿Quién lo dice? ¿Muertos ilustres del exilio como el ex presidente Carlos Prío Socarrás, el jurista Manuel Urrutia Lleó, el poeta Heberto Padilla, el tenor Manolo Alvarez Mera, los muertos de la expedición por Bahía de Cochinos, etcétera?

No y no; lo dice Pablo Milanés, un ahijado de los Castro que hoy maldice, un beneficiario de la revolución cubana que hoy condena, un miembro de lujo de la “nueva clase”.

Milanés calle, y hablen Camilo Pascual, Orestes Miñoso, Miguel De La Hoz, Paquito D’Rivera, los esposos Estefan, Álvarez Guedes y tantos otros que sí pueden hacerlo.

Finalmente, recordar que hace 40 años a Pablo Milanés se le diagnosticó cáncer, y de allá a la fecha la medicina de esa revolución cubana lo mantiene con vida, activo, produciendo y viajando por le mundo ganando dólares que se le permite retener, igual que al hoy enganchado a dominicano Silvio Rodríguez.

¡Pablo Milanés está vivito y coleando gracias a esa revolución que hoy escupe!

El Nacional

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