Opinión

Cápsulas

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Esos buenos peloteros y malos dominicanos se inscribieron en el partido y en el grupo de Pedro Santana y otros traidores a la Patria.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos cerraron filas con los 5, sobre todo el penúltimo, período de Buenaventura Báez y la corte que seguía al déspota ilustrado y enajenante por excelencia.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos ya forman parte de los anexionistas de 1861, los canallas que 17 años después vendieron a la corona española la República del 27 de febrero.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos son desde ya miembros del tribunal que “juzgó” y condenó al prócer Francisco del Rosario Sánchez.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos son desde ya miembros del pelotón que de manera ruin y cobarde fusiló al prócer independentista y antianexionista aquel funesto 4 de julio.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos se acaban de integrar a las tropas santanistas que no conformes con la traición citada cerraron filas con el ejército foráneo para combatir a los patriotas restauradores del Grito de Capotillo.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos marcharon con las tropas derrotadas del ejército invasor para ir a sojuzgar a Cuba, con José Trujillo Monagas a la cabeza.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos se anotaron en el libro de los que sirvieron incondicionalmente al tirano Lilís, verdugo de la nacionalidad dominicana.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos, una vez ajusticiado el déspota, engrosaron las filas del caudillismo levantisco, medalaganario y funesto que duró 30 años y humilló la Patria originalmente concebida por Núñez de Cáceres y su primero diciembre, histórico como el que más.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos firmaron la violación constitucional de 1928 que fomentaron el funesto Vásquez y su claque de ambiciosos.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos son los mismos que buscaron prolongar el desorden horacista, y provocaron casi 32 años de una “tiranía sin ejemplo”.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos estuvieron a las órdenes del Jefe desde el 16 de agosto de 1930 al 30 de mayo de 1961, causando enorme daño a la República.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos son los mismos que el 28 de abril de 1965 salieron a los terrenos de juego de la Grandes Ligas a cantar el himno USA mientras la Patria era intervenida por las tropas precisamente del Tío Sam.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos pertenecen al grupo de apátridas que exiliaron a Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, por demás, llamándoles traidores; ellos, precisamente los verdaderos traidores.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos formaron parte de las tropas que mataron a Máximo Cabral y los demás héroes y mártires de aquella barranca convertida en Barranquita primero, y Barrancota después.

Esos buenos peloteros y malos dominicanos son los mismos que nunca han movido una hoja para hacer algo por una República Dominicana que se los ha dado todo y de ellos no ha recibido nada.

En ese “Clásico”, reiteraron que son los clásicos malos dominicanos, apátridas, e indolentes. ¡Escupo en sus rostros de enemigos de la Patria!

El Nacional

La Voz de Todos