Opinión

Cápsulas

Cápsulas

Con este asunto del famoso dopaje se está abusando de los atletas de todo el mundo.

Los organismos internacionales del deporte aficionado lucen psico-rígidos, intolerantes, represivos, necios y a veces hasta de doble moral.

A cualquier atleta y por cualquier quítame esta paja le malogran la carrera y la vida.

Porque lo de las drogas, el dopaje, el consumo de “sustancias prohibidas”, etcétera, se está pasando de castaño a oscuro, convirtiendo muchas veces la supervisión necesaria de estas cosas en una persecución implacable.

Con la agravante de que si a un atleta lo acusan de que dio positivo, ahí mismo termina su vida útil en el deporte y en la sociedad.

Es correcto que se haga un chequeo, que se vigile, que se controlen las cosas, que se supervise, que se luche contra las malditas drogas, pero me da la impresión de que estamos en presencia de excesos, de radicalismos, de exageraciones, de crueldad.

Jamás yo apoyaría el consumo de drogas por parte de nadie, del que compite mucho menos. Porque obtienes una ventaja dañina e injusta ante los que no realizan esa práctica.

 Pero… una cosa es llevar a cabo ciertas reglas, ciertas normas, ciertos controles y hasta ciertas supervisiones fuertes, y otra es cortar cabezas ante la más mínima falla, haciendo de los organismos internacionales entidades de persecución, de golpeo, de discriminación, de espadas damoclianas. Siempre he sostenido que con estas cosas hay que tener cuidado, por las implicaciones sociales, familiares, profesionales que estas vainas tienen.

Creo que se quiere dar una sensación, una percepción de tribunales de la moral colectiva, de cuerpos de gendarmería mundial, de supervigilancia al estilo el “Big Brother” orweliano.

Las Olimpiadas de Pekín, que fueron maravillosas y hasta paradigmáticas, terminaron hace casi 9 largos meses, y en ellas tuvo destacada actuación la pesista dominicana Yuderkis Contreras, una jovencita con un perfil de atleta de primera categoría y una mujer de conducta intachable.

Y ahora, de la noche a la mañana, del amanecer a la tardecita, de la madrugada al mediodía y de la condición del silencio a la burla, surge un informe (¿) diciendo que la destacada atleta Yuderkis Contreras consumió “sustancias prohibidas”.

¿En los Juegos Olímpicos de Invierno que se están celebrando en Europa? ¿En una competencia nuestra del pasado fin de semana en el Palacio de los Deportes? ¿En unas pruebas hechas hace 72 horas?

¡Qué va! Dió (?) positivo (?) en las Olimpiadas de Pekín celebradas hace… 9 meses! ¡Absurdo! ¿Y ahora fue que se enteraron las autoridades? ¿Tardaron 9 meses para hacer una prueba antidoping?

¿Por qué no la dieron a conocer en el desarrollo de las Olimpíadas? Si la idea, el concepto, el juicio de valor, la moral, la ética, el deseo de evitar que un atleta completa de manera desleal frente al otro, entonces, por qué no dieron a conocer esa situación, situación, si la hubo, horas después de conocerse y no 9 meses más tarde.

Es una lástima que una joven dominicana de tantos méritos sea acusada de manera tan burda, tan abusiva, tan exagerada y hasta tan torpe en función del tiempo.

Llegue hasta ella, Yuderkis Contreras, todo el respaldo de este servidor, que así sea de parte de todos los dominicanos.

El Nacional

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