SAN JUAN DE LA MAGUANA.- Mercedes Contreras y Altagracia Aquino, solo son dos de las 200 familias en condiciones de indigencia quienes por encima de la Ley 60-00, cada día tienen que recurrir a la leña el carbón como combustible para coser los pocos alimentos que con ingentes esfuerzos obtienen cada día.
Es posible que ella no sepa la existencia de la Ley 60-00, que prohíbe la tala de árboles sin permiso de las autoridades competentes al igual que otras tantas, lo que sí sabe es que, como madre, o cocina para alimentar a sus hijos, y de no hacerlo, estos correrían la suerte de morir por inanición.
Pero las familias que aun no disponen de recursos económicos para la compra de Gas Licuado de Petróleo (GLP), no solamente residen en la zona rural, también cada día son vistas varias mujeres a lomo de burros y yeguas, cargados de carbón vegetal vendiéndolo por las calles de esta ciudad.
Las autoridades de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en una aparente actitud de humanidad, no recurren a la incautación de dicho combustible, pues además, saben que una acción de esa naturaleza encontrara la oposición, el rechazo de quienes presencian esa acción por tratarse de penalizar indigentes económicos y sociales.
Escena como la de Mercedes Contreras y Altagracia Aquino, son vistas todos los días, especialmente en los lugares más apartados de esta provincia, El Cacheo,La Florida, La Ciénagas, La Jagua, de este municipio, en los municipios de Bohechio y El Cercado, con su paquetes de leña a cuesta.
Y no es para menos, un estudio realizado por técnicos del Banco Interamericano de Desarrollo-BID-, para el otorgamiento del préstamo de US$35 millones para la ejecución del proyecto “Desarrollo Productivo y Competitividad de la Provincia de San Juan”, el cual se ejecuta desde hace varios meses, estableció que el 42% de los residentes en la provincia son pobres.
Igualmente, ese mismo estudio, de fecha 23 de diciembre del 2015, copia del cual posee este redactor, indica que la mitad, el 21% de los 232 mil habitantes que tiene esta provincia, se encuentran en condiciones de indigencia económica y social.
Hace algunos años que la Sociedad Ecológica de San Juan. SOESAM-, viene planteando la necesidad de que el Gobierno haga un real levantamiento para determinar el número real de las familias que aun usan leña y carbón como combustible para cocer sus alimentos y dotarlas de estufas, pero no se le ha hecho caso.
Cuando el doctor Manuel Arilo Bello Abreu (Manolin), ocupó la senaduría de esta provincia por el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), en el periodo 190-1994, doto de pequeñas estufas a decenas de familias de la cuenca alta, lo que en alguna medida redujo el corte de árboles, principalmente pinos.
Aunque no lo parezca, 200 familias utilizando esos combustibles todos los días, suma cientos los árboles que tienen que cortar, no importa la especie, contribuyendo con ello a la deforestación, principalmente en la zona alta, donde nacen los principales ríos de esta provincia, San Juan y Maguana.
FOTOS: Mercedes Contreras, con el paquete de leña en su cabeza, mientras que Altagracia Aquino, encima del lomo de su burro cargado de carbón.
