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Cárcel se convierte en mercado persa

Cárcel se convierte en mercado persa

Más que una cárcel, La Victoria ha sido convertida en un lucrativo y próspero negocio del cual forman parte, entre otros, el Ayuntamiento local, policías, prebostes, vendedores de ropa usada, de productos agrícolas, de comida y artículos de limpieza.
La situación fue detectada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos durante un descenso que hizo a ese penal una comitiva.

La comitiva, presida por el licenciado Juan Alberto Francisco Vargas e integrada por Zacarías Guzmán, determinó que el negocio se inicia tan pronto los visitantes llegan al penal, con el cobro de 30 pesos de parqueo por parte del Ayuntamiento de La Victoria.

En visita sorpresa realizada el 19 de junio a dicha cárcel, los comisionados narraron que una vez llegados a los alrededores de la cárcel La Victoria se encontraron con un mercado de ropa usada, zapatos, venta de productos agrícolas, comida y artículos de limpieza.

Además en el parqueo cobran 30 pesos, impuesto este que se le paga a la Junta Municipal de la Victoria y el dinero hay que pagárselo a un guardia que se encuentra en la entrada del penal, el cual entrega un ticket con el que autorizan a parquear.
“Nos dirigimos a la entrada de la cárcel para hacer una fila y comenzar el primer registro que consiste en entregar la cédula.

Un policía hace el registro en una hoja y asigna un ticket, el cual hay que guardar para la salida. Lamentablemente este mismo policía que hace el registro, descuidando el reglamento y la forma, descaradamente nos pide una colaboración con “algo”, que quiere decir “dame”, precisaron en su informe los integrantes de la comisión.

Según los comisionados, si el visitante tiene un celular o algún objeto que esté prohibido entrar al penal, debe pagar 25 pesos por cada objeto para que lo cuide un guardia que está en servicio.

Luego de esto, pasan al visitante al segundo chequeo en donde lo revisan y le estampan en una de las manos o en un brazo un sello rojo con el nombre del penal.
“Esto da paso al tercer chequeo en donde te piden la cédula y te ponen otro sello con el cual te dan acceso al penal”, subrayaron en su informe los integrantes de la comisión.

Una vez penetrado al interior de la cárcel fueron recibidos por un grupo de internos que ofrece un servicio de guía, que hay que aceptar prácticamente de manera obligatoria ya que esa es su forma de trabajo y de ganarse la vida allí adentro.

“Ya dentro del penal nos trasladamos a la Unidad de Atención Primaria de Salud y una vez allí nos damos cuenta que es necesario que sea intervenida con urgencia por las autoridades de Salud Pública ya que más que una unidad de salud parece un corral para cerdos, en donde se encuentran personas que supuestamente están internas por problemas de salud y que al parecer en ese lugar se le incrementarán”, precisaron los integrantes de la comitiva.

El Nacional

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