Carta de los Lectores Opinión

Carta de los lectores

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Apoyo al TC (1 de 2)
Señor director:
Recientemente el Tribunal Constitucional Dominicano evacuó la sentencia 168 en la que establece que no son dominicanos los hijos de los extranjeros que están en tránsito en el país, es decir, personas con la condición de ilegales. La decisión de la alta corte estuvo lo suficientemente documentada, pero tan pronto como se produjo dicha sentencia, un conjunto de voces salió al frente envalentonándose contra la misma, y tildándola de: adefesio, cuco constitucionalizado, genocidio, xenofobia, discriminación, apartheid, patriotera, violación de los derechos humanos, racista, antihaitiana, comparable con la matanza de haitianos del 1937, entre otras expresiones que matizan sus objetivos.

Son muchas las personas que omiten su opinión sobre la migración haitiana por temor a que se les indilguen los anteriores términos. Y es que estos motes con que han bautizado a la sentencia, tienen un tronco común de carácter no lingüístico sino ideológico, con una estrategia preconcebida que conduce al camino de siempre: amedrentar, chantajear para que se varíe la decisión a favor de los intereses haitianos contra los intereses y soberanía dominicanos. Aunque no parezca creíble ante los ojos del mundo, son ellos, y no los haitianos, quienes preparan el escenario para que al país se le sancione en los organismo internacionales.

Hace falta saber en cuántos países del mundo los y las nacionales se vuelcan de manera organizada y sistemática contra los intereses y la soberanía de su país, ojalá hallar este dato formidable, pero lo cierto es que aquí en Dominicana hizo su fecundo nido un guacanagarix gratuito, y sin mácula. El rechazo mediático de que ha sido objeto la sentencia busca también crear pánico en otras instancias que, por su naturaleza, tienen que lidiar con situaciones que involucren intereses haitianos en el país. Ojalá que esto nunca ocurra sino que afronten dicha realidad, desde las leyes y desde los intereses de de nación, pues así estarían transmitiendo una imagen de madurez institucional tanto al país como al mundo.

Los y las detractoras de la sentencia del Tribunal C., ven solo el árbol, mas no el bosque. El compromiso y la obcecación de quienes han abrazado la causa con los intereses de Haití no le deja pensar en el perjuicio que le crean a su país.
Atentamente,
Melania Emeterio Rondón.

Sudelka Garcia

Periodista de El Nacional Digital