Opinión Carta de los Lectores

Carta de los Lectores: Tocando fondo

Carta de los Lectores: Tocando fondo

Señor director:
Recientemente ha surgido gran consternación en la población dominicana, debido a la doble moral ejercida por la clase política en cuanto a los ingresos recibidos por los integrantes de esta.

Dice una famosa frase que “los pueblos tienen los políticos que merecen”, sin embargo, pienso que este aforismo se equivoca en el caso de la República Dominicana, pues el pueblo dominicano es uno de gente trabajadora, solidaria y con sensibilidad humana que no ha tenido buena suerte con la clase política dominante de los últimos 20 años (varios partidos). ¿Qué está pasando con estos políticos que se burlan del pueblo en su propia cara? ¿Es infinita la paciencia de los dominicanos? Ellos deberían subestimar menos su propio pueblo porque a todo le llega su final.

Fidel Castro llevó por medio siglo su revolución cubana para bien o para mal de su pueblo, Danilo Medina está tratando de llevar su revolución educativa, los indignados de España, Londres y Wall Street dieron bastante dolor de cabeza en su momento, la Primavera Árabe no sólo cambió el mundo, también derrocó gobiernos impopulares en toda esa región hemisférica, sino pregúntenle a Hosni Mubarak en Egipto o a Mohamed Ghannouchi en Túnez.

En este continente tuvimos una pre-primavera latinoamericana cuando el pueblo de Guatemala en las calles hizo caer a Otto Pérez Molina. Algunos de estos países son políticamente menos estables que RD, pero cuando el pueblo habla se hace sentir y los políticos se ven obligados a dimitir. Nadie lo ve y puede sonar un poco exagerado, pero si los políticos dominicanos siguen subestimando al oso durmiente llamado pueblo, RD estaría recorriendo el camino que acabo de describir y espero que la nuestra sea una revolución en valores y principios éticos.

¿Qué es la dimisión? Es una figura política poco conocida en la historia republicana dominicana, pero que en el mundo político civilizado es muy usada cuando hay presión social o vergüenza personal (y ajena).

Los reyes abdican, los presidentes y funcionarios dimiten y los jueces se inhiben cuando renuncian a un caso. Tomando un ejemplo cualquiera, con una persona cuyos casos lo mantuvieron en el ojo del huracán por mucho tiempo y para su buena fortuna ha sido encontrado inocente por la justicia dominicana: Félix Bautista. ¿Habrá cruzado alguna vez esta figura de la renuncia por la mente del senador.
Atentamente,
Giovanni Vicente Romero

El Nacional

La Voz de Todos