PRD: el precipicio
Señor director:
Los perredeístas se encuentran en un barco a la deriva. La división latente los aleja cada día más del poder. Sin una fortaleza unitaria, nadie tiene fuerzas para hacer un buen papel electoral.
Ni Miguel, ni Hipólito, ni Abinader, ni Guido, ni quién quiera sacar la cabeza, tiene capacidad para sobreponerse a una división y ganar las venideras elecciones.
Los partidos políticos son frentes de masa, y cada quien tiene sus intereses particulares, pero la razón indica que la primera manifestación de existir es la supervivencia. Un partido no podrá mantenerse fuerte, si tiene una división latente.
El mejor camino para los perredeistas es sentarse a dialogar y llegar a acuerdos. La división no es ideológica, ni de principios, son malquerencias para ver quién es el presidente del partido, y quién será el candidato presidencial.
Es bueno recordar que los partidos están integrados por una parte minúscula de la sociedad dominicana, que son únicamente representativos, en cuanto levantan acciones que son seguidas por uno u otro sector, pero es un error estimar que en su listado de miembros tienen a la mayoría del pueblo. De hecho, la mayoría de los dominicanos constituye una minoría silenciosa, que sólo se ocupa del tema electoral cuando se está cerca al día de las votaciones. Vota por su conciencia, por un puñado de pesos, por la promesa de un empleo, por amiguismo, pero en pocas ocasiones por los símbolos de un partido.
Ya no hay divisiones ideológicas y todos los partidos representan al mismo sector económico, social y político. No hay diferencias de ningún tipo entre reformistas y peledeistas, o reformsitas y perredeistas. A la ideología se la lleva el mercantilismo.
Perredeistas son los que están en el PRD y los que militan en la Convergencia. Los dos sectores van a tratar de conseguir el favor de las bases. Esto es imposible, divididos esos votos se quedarán en su casa, o saldrán a la búsqueda de otros senderos.
Tal vez lo más importante sería que en el país surja una nueva opción con posibilidades para ganar las elecciones. lejos de divisiones, de fraccionamientos y de luchas ciegas por el poder. Por mala suerte, ello es imposible en este momento histórico.
Sin diálogo y concertación, todos los perredeístas van camino del precipicio.
Atentamente,
Manuel Hernández Vileta
